Resumen
La abadía fue construida por los frailes benedictinos y siempre representó un refugio para los peregrinos que encontraban en ella cobijo. Durante dos siglos la habitó en soledad un monje, hasta la anexión a la «Mensa» capitular de los canónigos de Gubbio en 1463. El complejo fue renovado en los años 90 y sigue habitado y acogiendo a turistas, caminantes y peregrinos que siguen el camino de Francisco.