Resumen
Reconocido en todo el mundo como uno de los 177 geoparques de la Unesco, el parque Adamello-Brenta es el área protegida más grande del Trentino, un destino ideal para el turismo «slow» y sostenible. Abarca más de 620 kilómetros cuadrados y encuentra en el valle del Rendena el punto de división, y al mismo tiempo de contacto, entre los Dolomitas de Brenta y el macizo Adamello-Brenta, con sus 3533 metros y sus extensos glaciares. A pesar de su imponente aspecto, el monte Adamello está lejos de ser inaccesible y atrae no solo a los deportistas: en verano, es un ir y venir de caminantes y familias con niños que siguen los senderos bien señalizados del parque, a pie o incluso tomando el carril bici del valle de Rendena. En invierno es un destino muy valorado por los esquiadores alpinos, y hasta aquí también llegan los amantes de la historia. El Adamello también debe recordarse por el papel estratégico que desempeñó durante la Primera Guerra Mundial, por lo que las numerosas trincheras, puestos y túneles siempre han sido una atracción popular para el senderismo temático. Es imposible no destacar la belleza de estos parajes, de una naturaleza sobrecogedora: rocas y glaciares, unos ochenta lagos y lagunas, que alternan con arces, serbales, avellanos y robles, y también coníferas como alerces, abetos y píceas, que en otoño adquieren unos colores que por sí solos merecerían el viaje: la magia del follaje. Y aquí conviven gamuzas, ciervos, íbices alpinos y linces, zorros, lobos e incluso el oso pardo de los Alpes, símbolo del parque. Y tambien tienes los pastos alpinos y la producción de queso que puedes encontrar a lo largo de los senderos: el pastoreo de montaña sigue siendo una de las actividades tradicionales de estos lugares.
