Palermo, preciosa perla del sur con un rico patrimonio cultural
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Ciudad de origen fenicio, luego dominada por romanos, árabes, normandos y suevos, muestra testimonios de su glorioso pasado dondequiera que mires. El estilo arabonormando se funde con el barroco y el modernismo en una mezcla con una belleza singular que sorprende y maravilla al contemplarlo. Esta metrópolis costera, una de las más grandes de Europa, conquista con sus colores, aromas y sabores, que cautivan los sentidos y animan las calles. Decadente y suntuosa, antigua y contemporánea, auténtica y, sin embargo, encantadora: estate en guardia, Palermo te llegará al corazón y a las entrañas y nunca podrás olvidarla.
Historia y curiosidades sobre Palermo
La historia de Palermo es rica y fascinante, y basta con mirar a tu alrededor para confirmarlo. Los primeros en ocupar el valle en el que se encuentra Palermo fueron los fenicios, quienes, en el siglo VII a. C., fundaron una ciudad llamada Zyz. Los griegos intentaron varias veces apropiarse de ese lugar mágico, pero solo los romanos lo consiguieron durante la primera guerra púnica. Con la caída del Imperio Romano, Palermo fue sometida a las invasiones bárbaras a manos de los vándalos hasta que, en el 535 d. C., las flotas bizantinas de Belisario del Imperio romano de oriente conquistaron la ciudad, convirtiéndola en capital de su reino en el sur de Italia.
A los bizantinos les debemos el arte de la decoración con incrustaciones de mármol y los mosaicos dorados que embellecen Palermo. En el 827 d. C. llegaron los árabes a Sicilia, que construyeron mezquitas y grandes palacios. A ellos, desde 1070, les sucedieron los normandos, quienes no los expulsaron de la ciudad. De hecho, los reyes normandos crearon un estado de vanguardia en el que convivían pacíficamente diferentes religiones y etnias. Un clima que agradó a Federico II, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico y sobrino de Federico Barbarroja. En la Palermo medieval imperó el estilo arquitectónico arabonormando que aún hoy podemos admirar y descubrir en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco junto con otros monumentos de las cercanas Monreale y Cefalú.
En el siglo XIII, Carlos de Anjou derrotó al hijo de Federico II. Sin embargo, poco después los aragoneses se apoderaron de Palermo, como exigía la ciudadanía insurgente contra los angevinos. De 1494 a 1759, Palermo fue gobernada por los virreyes, nobles elegidos por sus pares para gobernar la isla en representación del soberano, que luego fueron abolidos por los borbones. Si en un primer momento el rey de Nápoles también fue coronado rey de Sicilia, después del Congreso de Viena surgió el reino de las Dos Sicilias, que duró hasta la llegada de Garibaldi y la anexión al reino de Italia. Entre finales del siglo XIX y principios del XX, tuvo lugar el período de las grandes construcciones modernistas, con un encanto que sigue siendo insuperable.
Qué ver en Palermo: los 3 lugares imprescindibles
El mar, la mezcla de culturas hecha arte, el júbilo del barroco en las iglesias, plazas y palacios, la alegre confusión en los mercados históricos de la Vucciria y del Ballarò: ¿qué ver en Palermo? Las alternativas son muchas, pero nosotros te sugerimos 3.
- Déjate llevar por el lado espiritual de Palermo con su catedral: un inmenso edificio consagrado a la Virgen de la Asunción que nace en una basílica cristiana anterior, transformada por los sarracenos en una mezquita y reconvertida al culto cristiano por los normandos. Además de su curiosa historia, conserva los restos de los reyes de Sicilia Federico II y Roger II y los de santa Rosalía, la patrona de Palermo.
- Admira la magnificencia de uno de los monumentos más emblemáticos de Palermo: el Palacio de los Normandos, una fortificación construida por los árabes en el siglo IX y ampliada por los normandos. Los apartamentos están decorados con mosaicos y frescos realizados en diferentes épocas y la capilla palatina, en su interior, está decorada con los mosaicos bizantinos más bonitos de toda Sicilia. No te olvides de mirar hacia arriba para admirar los de matriz islámica incrustados entre los mocárabaes, estalactitas talladas en madera.
- Sueña en uno de los templos de la Palermo de la música: el Teatro Massimo de Palermo, construido en 1887 en un punto donde se encontraban tres iglesias y otros tantos monasterios, es objeto de una curiosa leyenda: parece que una de las monjas cuya tumba fue destruida todavía deambula por él.
3 ideas sobre qué hacer en Palermo
¿Qué hacer en Palermo entre las numerosas alternativas que esta bella y descarada ciudad ofrece a quienes la visitan? Empieza por estas 3.
Primero, una vuelta hasta el santuario de Santa Rosalía, en Montepellegrino, una experiencia espiritual que también te ofrecerá unas vistas de la ciudad que no tienen precio. Construido en el siglo XVII sobre la base de edificios religiosos anteriores, el santuario fue dedicado a la santa patrona de la ciudad.
Luego, un salto hasta la playa de Mondello, en Palermo, a solo 11 km del centro de la ciudad. Paraíso de los amantes de la vida marina, con arena fina y aguas cristalinas, se considera una de las playas más bonitas de Palermo.
Una vez aquí, sabrás qué es lo tercero que debes hacer. Una excursión en barco, recomendada también para quienes quieran practicar deportes acuáticos, para explorar el magnífico golfo de Mondello.
Qué comer en Palermo: 3 especialidades
Decidir qué comer en Palermo es sencillo y al mismo tiempo muy difícil, dada la variedad de la cocina siciliana y la palermitana en particular: no en vano la ciudad goza del título de Capital Europea del «Street Food».
- No puedes dejar de probar la stigghiola, un plato tradicional a base de tripas de cordero. No preguntes cómo se hace. Pruébalo y no te arrepentirás.
- La segunda piedra angular de la cocina palermitana son los «anelletti» al horno, de los cuales existen dos versiones y otras tantas escuelas de pensamiento: ragú y guisantes o salsa y berenjenas.
- Por último, el «sfincione» palermitano, una «pizza» alta y esponjosa con salsa de tomate,cebolla, «caciocavallo» siciliano, pan rallado, orégano y anchoas.
Pero, si te quedase «un poco de espacio», también están las «arancine», el pan y las «panelle», las «crocchè», los «pani c'a meusa» (pan con bazo), los «cannoli»...
Los lugares insólitos de Palermo
Palermo está repleta de lugares insólitos. A quienes hayan estado al menos una vez en esta caótica y sincera ciudad no les pillará por sorpresa.
Partirás de la Fontana Pretoria. Creada en 1554 por el escultor Camilliani para adornar una villa florentina, fue comprada por el Senado de Palermo y llegó a esta ciudad desmontada en 644 piezas. Se recompuso de forma diferente con respecto al proyecto original.
No puedes dejar de visitar Santa Maria dello Spasimo, un centro de eventos creado a partir de una iglesia inacabada en el barrio de Kalsa, valorizada como lugar de espectáculos fascinantes bajo las estrellas, ya que el edificio no tiene techo, ni el Palazzo Chiaramonte Steri, construido en torno al 1320 por Manfredi I y perteneciente a los Chiaramonte, una de las familias más importantes de la Sicilia occidental. Hoy es la sede del Rectorado de la Universidad de Palermo.