Resumen
El convento de S. Domenico, en su configuración actual, data de mediados del siglo XIV, cincuenta años después de la construcción de la iglesia del mismo nombre. Según fuentes documentales, ya en las dos últimas décadas del siglo IX existía un monasterio dedicado a San Pedro Imperial. En 1080, el duque Roberto Guiscard concedió a los benedictinos de Montecasino el prebostazgo de Tarento. A causa de las frecuentes transformaciones, el aspecto original del complejo ha sido modificado de modo evidente a lo largo de los siglos y también después de la asignación como sede del Comando de la Regia Guardia di Finanza en época unitaria.
Las obras de renovación han permitido recuperar la fachada gótica, con una portada flanqueada por ventanas ajimezadas de dos luces, que originalmente daba al jardín que también se utilizaba con fines funerarios, como demuestran dos sarcófagos de piedra de carparo que aún se conservan. El claustro, de planta irregular con bóveda de crucería, alberga columnas con capiteles de hojas angulares realizados en piedra de carparo local. También se puede admirar parte del pavimento tardío del paseo cubierto, en bloques de terracota dispuestos en espiga o en hileras lineales. En el muro oriental del pórtico también se pueden ver restos de motivos religiosos.
Las investigaciones arqueológicas llevadas a cabo entre 1989 y 1994 se han interesado por algunas habitaciones del convento, el jardín del claustro y el ala norte de este último, lo que permite analizar las complejas fases de ocupación del emplazamiento, desde la prehistoria hasta el abandono y la degradación del edificio monástico en la era moderna.
Los hallazgos más antiguos se remontan al Neolítico, del VI al IV milenio a.C., con referencias al asentamiento del II milenio (Edad del Bronce) en estrecha relación con los de Scoglio del Tonno y Porto Perone-Saturo, muy frecuentados por los micénicos. Las estructuras de asentamiento de la Edad de Hierro (siglos X-VIII a.C.) de los mesapicos dieron lugar a la colonia espartana. Al lado del claustro es todavía visible el templo, construido sobre la acrópolis de la colonia griega de Tarento ya en el siglo VI a.C. y transformado en el siguiente, con restos del muro perimetral de la celda, o lugar destinado al culto. También pueden verse dos ortostatos que formaban parte de la hilera inferior de la celda elevada del templo griego. Las huellas de la presencia romana están documentadas por dos fragmentos de arquitrabe inscritos, reutilizados en la fachada del siglo XIV del convento. Uno de los fragmentos, situado en la ventana ajimezada norte, muestra el siguiente texto: CORMUS. II.. vir (Cormus duoviro…). El otro, en el borde superior de la frente del bloque, lleva la inscripción: CN . POMPEIUS . (…Cneo Pompeyo…). Esto podría indicar una renovación que tuvo lugar hacia mediados del siglo I a.C., con una dedicación en la zona del santuario.
