Resumen

Uno de los mayores ejemplos del arte del Renacimiento y Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO

Situada en el corazón de Milán, la imponente iglesia de Santa Maria delle Grazie, basílica y santuario, es un testimonio del poder de la familia Sforza, que la hizo construir como su mausoleo.

En el refectorio del convento, adyacente al santuario de Santa Maria delle Grazie, se encuentra La última cena, la única pintura mural al fresco de Leonardo da Vinci, encargada por Ludovico el Moro y realizada entre 1494 y 1498.

La obra se basa en el Evangelio de Juan 13:21, en el que Jesús, rodeado de los apóstoles, anuncia que será traicionado por uno de ellos. En el tratamiento de los personajes, Leonardo va más allá de la narración del episodio bíblico y aplica la "teoría de los movimientos del alma", ilustrada en su Tratado de la Pintura, de modo que los apóstoles son representados con expresiones que reproducen sus pensamientos y emociones.

La Iglesia y La Última Cena, ambos símbolos de la Milán renacentista, fueron reconocidos como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1980.

Hay que recordar que en 1943, durante la Segunda Guerra Mundial, el Refectorio sufrió grandes daños y varias partes del edificio fueron arrasadas, excepto el muro en el que se encuentra La Última Cena.

Cuando visites la Iglesia, no te pierdas el Claustro delle rane, un pequeño y encantador claustro, el lugar perfecto para hacer una foto y disfrutar de un pequeño descanso..