En el Parque de los Acueductos de la Appia Antica se encuentran los impresionantes arcos de los conductos hídricos construidos por los antiguos romanos que han hecho que el paisaje romano resulte único. Seis de los 11 acueductos que abastecían a la ciudad de Roma desembocaban en esta zona, comprendida entre los barrios de Cinecittà y Quarto Miglio, que hoy puedes visitar a pie o en bicicleta por una de las laderas verdes más espectaculares de la ciudad, dominada por las copas de los pinos marítimos.
6 acueductos romanos y uno renacentista
Viajeros del Grand Tour, pintores románticos, arqueólogos, amantes de la historia de Roma, de las ruinas y de la ingeniería civil: todos ellos han apreciado y amado esta franja de campiña romana al sureste de la ciudad, con los restos de 6 acueductos romanos, más uno renacentista, con sus imponentes arcos geométricos interrumpidos por la redondez de las copas de los pinos marítimos. El Parque de los Acueductos se incluyó en el de la Appia Antica en 1988 para proteger un paisaje de gran valor histórico y arquitectónico. Gracias a la iniciativa de un comité cívico hoy podemos pasear entre tanta belleza, en una zona rescatada de la degradación y de los objetivos de la especulación inmobiliaria.
Anio Vetus, el más antiguo
A partir del año 312 a.C. y durante varios siglos, las fuentes de Roma se abastecieron de agua limpia y segura gracias a la construcción de imponentes conductos que aportaban a la ciudad recursos hídricos extraídos de los montes del Lacio. El agua del Tíber no era adecuada para satisfacer las necesidades de una ciudad cada vez más poblada: de ahí la necesidad de abastecerse de puntos más distantes, satisfecha gracias a estas impresionantes obras de ingeniería hidráulica que caracterizaron la historia del Imperio Romano.
Los restos de los acueductos que desembocan en la zona son los del Anio Vetus (subterráneo, es el más antiguo y tiene una longitud de 64 km), Aqua Marcia, Tepula, Julia, Claudio y Anio Novus, que se superponen parcialmente, y Felice, construido por el papa Sixto V entre 1585 y 1590 para abastecer a algunos barrios romanos que se habían quedado sin agua debido a la decadencia de los antiguos acueductos durante la Edad Media; este último todavía se utiliza para regar los campos. El agua de los acueductos fluía en su mayor parte bajo tierra, pero cuando tenía que cruzar un valle, las tuberías debían apoyarse en arcos de mampostería.
Pícnics, fuentes y bicicletas
La amplia zona de 240 hectáreas del Parque de los Acueductos está cerrada al tráfico y atravesada por varios caminos que puedes recorrer a pie o en bicicleta todos los días. En la zona hay áreas de pícnic (pero está prohibido hacer barbacoas), fuentes de agua potable, un servicio de alquiler de bicicletas (abierto los domingos), así como algunos bares y restaurantes.
También puedes llegar al parque desde el centro de Roma en metro, hasta la parada de Porta Furba, donde hay un punto de información, y en las siguientes, hasta Cinecittà.
Si estás en Roma, haz como los romanos y visítalo al atardecer, cuando la luz rasante ilumina los arcos con una luz mágica.