Resumen
Un ejemplo de arquitectura barroca en el centro histórico de Roma
Construida a partir de 1626 a instancias del cardenal Ludovico Ludovisi, sobrino del papa Gregorio XV, con motivo de la canonización de Ignacio de Loyola, la iglesia de San Ignacio es uno de los ejemplos más ilustres de la arquitectura barroca en el corazón de Roma.
El proyecto, atribuido al arquitecto Carlo Maderno, fue completado por el matemático jesuita Orazio Grassi, que dotó al edificio de proporciones armoniosas. La fachada, cuya belleza y sencillez marcaron la pauta de la arquitectura de los siglos posteriores, está dividida en dos registros: el inferior está dividido por columnas y pilastras con capiteles corintios, mientras que la parte superior presenta una gran ventana cerrada entre dos hornacinas.
En su interior se encuentran tesoros artísticos del más alto valor cultural, como el fresco de la bóveda y el majestuoso lienzo de 17 metros que representa la perspectiva ilusoria de una cúpula, ambos del artista Andrea Pozzo. El monumento funerario del Papa Gregorio XV, en la capilla Ludovisi, y el altar dedicado a San Juan Berchmans también merecen una mención. Ambos se distinguen por un gran refinamiento.
Via del Caravita, 8a, 00186 Roma RM, Italia