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Rutas y experiencias
En barco por la laguna

Navegar por la Ruta de los Dux: un viaje en barco de Chioggia a Trieste

Tipología
Boat route
Duración
4 días
Número de etapas
4
Dificultad
Medio

Sumérgete en este viaje en barco por las lagunas de la costa del Véneto y del Friul, una experiencia verdaderamente única. Viajarás de Chioggia a Trieste pasando por Venecia, la laguna de Caorle y la increíble ciudad de Grado construida sobre una isla. Disfruta del viaje. El trayecto recorre 110 millas y tendrás que mantener los ojos abiertos para admirar maravillas a cada paso.

Día 1

Venecia y su laguna

Venecia y su laguna

El viaje parte de Chioggia. La antigua Clodia fue una ciudad romana de gran importancia. Construida en una península con vistas a la laguna de Venecia, se hizo célebre por sus salinas en las que se producía la apreciada sal «clugiae». Antiguamente protegida por murallas, acogió y sirvió como refugio a las gentes del interior que huían ante las invasiones bárbaras.

Inevitablemente vinculada a la República de Venecia, Chioggia mantuvo siempre su independencia a pesar de ser el escenario de la histórica Guerra de Chioggia (1379-80) entre las repúblicas marítimas de Génova y Venecia.

Precisamente a la Serenísima debe la excavación del canal de la Cava, que en la segunda mitad del siglo XVI, al aislarla del continente, la convirtió en una isla más fácil de defender.

Las diversas modificaciones introducidas en el curso del río Brenta a lo largo de los últimos siglos acabaron dando forma a la actual fisonomía de la zona.

El casco antiguo presenta todavía la clásica conformación de las ciudades romanas: una red perfecta de calles que se cruzan según el uso de los castros romanos.

En su interior, de notable interés, es posible admirar testimonios de siglos pasados. Si entramos por la puerta de Santa Maria, único acceso a la ciudad amurallada del siglo XVI, encontramos la catedral de Santa Maria Assunta. A su lado está el «Refugium Peccatorum», un grupo escultórico que toma su nombre de una de las definiciones enunciadas en las letanías de la Virgen.

Si seguimos avanzando por Corso del Popolo, que sigue el trazado del antiguo «cardo» romano, podremos recorrer el antiguo centro histórico: allí encontraremos la basílica menor de San Giacomo para llegar más tarde a la Pescheria, con su característico mercado de pescado. Unos pasos más y podrás admirar la iglesia de Sant'Andrea, que conserva en su campanario el reloj de origen medieval en funcionamiento más antiguo del mundo. Después de atravesar el canal Vena y de nuevo el puente de San Domenico, llegarás al islote del mismo nombre, donde sin duda merece una visita la iglesia de San Domenico con su espléndido crucifijo de madera del siglo XIV.

No puedes abandonar Chioggia sin haber probado sus platos típicos, que combinan productos de la tierra y del mar: desde las «sarde in saor» a los «buoboli de vida», pasando por su majestad el «radicchio» de Chioggia IGP, la historia del territorio de Chioggia vierte todos sus sabores en las especialidades de su cocina.

El viaje continúa. Dejamos a estribor la isla de Pellestrina y, tras recorrer el canal de Santo Spirito alcanzamos la desembocadura del puerto de Malamocco, antiguo estuario del río Brenta, para llegar al Lido de Venecia. Llegarás a la encrucijada con el canal dell'Orfano o el canal delle Scoasse. Puedes elegir cualquiera de ellos para llegar al corazón de Venecia, en la Piazza San Marco. Atraca y disfruta de la ciudad sobre el agua.

Venecia
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Día 2

Caorle y las casas de colores

Caorle y las casas de colores

Partimos de Venecia doblando Jesolo y poniendo rumbo a Caorle. Entra por la desembocadura del río Livenza hacia el puerto pesquero. En el camino encontrarás Marina dell'Orologio, donde puedes amarrar. Está cerca del centro histórico, que vale la pena visitar para descubrir sus coloridas casas, la catedral con su campanario románico y el santuario de la Madonna dell'Angelo, construido sobre las dunas de la orilla en el siglo IX. Caorle ha sabido conservar intacto su encanto de pequeño pueblo marinero, rodeado de plazoletas y callejones, todo orientado hacia el mar. Además, desde 2022, la ciudad ha tejido un fuerte vínculo con el «street art», y acogió la primera edición del Caorle Sea Festival. Durante este evento, artistas callejeros de entre los más famosos del panorama nacional e internacional colorearon las paredes de toda la ciudad, inspirándose y personalizando el tema «Mar, pesca y tradiciones».

Este mismo tema es el que anima la tradición gastronómica del pueblo. No puedes marcharte de Caorle sin haber degustado los platos típicos de una cocina tradicional cuyo sabor nos habla del mar: pescado frito, «moscardino» hervido y «carbonara di mare» son solo algunos de los manjares que nos ofrece esta tierra, para saborearlos acompañando la comida con una buena copa de vino DOC Lison Pramaggiore.

Día 3

Grado, entre la tierra y el agua

Grado, entre la tierra y el agua

Retoma la navegación para entrar casi inmediatamente en aguas friulanas. Una vez superada la desembocadura del río Tagliamento, límite natural entre el Véneto y el Friul, bordeamos las famosas playas de Lignano Sabbiadoro para encontrar la vasta laguna de Merano con el pueblo marinero de Aprilia Marittima, una localidad perteneciente a Latisana.

Este pueblo, y toda la laguna, han cobrado una importancia primordial a nivel europeo en el sector del turismo náutico, ya que ofrecen numerosos amarres e importantes servicios también en tierra: astilleros y servicios de asistencia y hangares para las embarcaciones.

En el otro extremo de la laguna se encuentra Grado, surgido en una isla que parece suspendida entre la tierra y el agua. Poder amarrar en el puerto viejo de Grado significa adentrarse en el interior de un centro histórico denso y compacto en el que encontrarás, entre las estrechas callejuelas, tesoros inesperados.

Este territorio fue testigo de una floreciente actividad durante el periodo romano imperial, tras la fundación de la colonia de Aquilea. Se desarrolló aún más, alrededor del año 452, cuando muchos habitantes se refugiaron en la isla para escapar de la llegada de los hunos.

La ciudad fue creciendo en importancia hasta que, con la llegada de los lombardos, se decidió trasladar aquí la sede del patriarcado. Existen numerosos vestigios de este fructífero periodo para la historia de la ciudad, como la basílica paleocristiana de Sant'Eufemia, con su baptisterio, la basílica de Santa Maria delle Grazie o los restos de la basílica de la Corte.

No muy lejos, otra isla alberga el santuario de la Madonna della Barbana, uno de los santuarios marianos más antiguos, erigido por el patriarca de Grado en agradecimiento a la Virgen por haber salvado a la ciudad de una violenta inundación.

Te invitamos a que desembarques para visitar Aquilea, importante ciudad de época romana, que aunque resistió los ataques de los vándalos, no sobrevivió a la llegada de los hunos que la devastaron, la saquearon y esparcieron sal sobre sus escombros.

La ciudad, renacida alrededor del año mil, volvió a ser sede del patriarcado. Muestra del importante florecimiento religioso y artístico que siguió a este periodo es la basílica patriarcal. La iglesia de Aquilea tiene orígenes apostólicos: aquí san Marcos, enviado por san Pedro para evangelizar la ciudad, consagró a san Hermágoras como primer obispo de Aquilea.

La basílica está considerada el edificio de culto cristiano más antiguo del noreste de Italia y, a pesar de las diversas intervenciones realizadas en los siglos posteriores, conserva el aspecto del siglo XI. La iglesia alberga en su interior un magnífico pavimento de mosaico de principios del siglo IV, que atestigua perfectamente cómo, en un imperio todavía pagano, se abrían camino las comunidades cristianas y cómo ambos credos confiaron a los mismos artistas la decoración de sus edificios.

Tómate tu tiempo para visitar esta antigua ciudad y descubrir su museo arqueológico y los restos del foro romano. Haz una parada para degustar los manjares de su antigua cocina, tal vez saboreando un buen vino Friuli Aquileia DOC.

Día 4

Trieste, la elegante

Trieste, la elegante

Tras abandonar el pintoresco puerto de Grado, vuelve al mar y dobla la punta Sdobba, situada en la desembocadura del río Isonzo. Entrarás en el golfo de Trieste, dejando atrás lagunas bajas y playas para encontrarte entre costas rocosas con vistas al mar. Una vez superado Montefalcone, nos encontramos en Duino con su castillo que mira al mar y, poco después, con el cándido castillo de Miramare. Construido en piedra blanca de Istria sobre un promontorio rocoso, el castillo parece surgir de las aguas. El edificio, decorado aún con muebles de época, está rodeado por un exuberante parque repleto de especies botánicas de gran valor, así como esculturas, fuentes y estanques, realizado en simbiosis con la residencia. Estamos en un balcón sin duda privilegiado para asistir a la famosa Barcolana, la histórica regata que cada año se celebra en este tramo de mar.

Una vez en Trieste, te encantará la elegante Piazza dell'Unità,con vistas al mar. Haz una parada en el histórico Caffè degli Specchi, visita el museo Revoltella y sus calles llenas de arquitectura de los Habsburgo. Respira el ambiente centroeuropeo y descubre los recuerdos de escritores famosos como Umberto Saba, Italo Svevo y James Joyce. No te pierdas una visita a la colina de San Giusto, con su castillo y su catedral. Para admirar el golfo desde lo alto, coge el tranvía hasta Opicina.

Trieste es una ciudad por descubrir. Su ubicación la ha convertido, desde siempre, en una encrucijada de pueblos que han encontrado aquí acogida y han dejado huellas de su paso, en la cultura, el arte y la enogastronomía.

Una ciudad para vivirla y disfrutarla recorriendo sus diferentes facetas, visitando sus numerosos museos y paseando por sus calles, para después terminar la jornada contemplando el mar mientras descansamos en un banco del paseo marítimo, frente a la romántica Piazza Unità d'Italia.

Trieste
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