Resumen
En la orilla oriental del lago de Garda, en las laderas del monte Baldo, Malcesine es un pueblo encantador que enamora a todos los visitantes, italianos y extranjeros.
El centro histórico, medieval, está dominado por el castillo Scaligero, de obligada visita tanto por las impresionantes vistas del territorio (desde la plataforma del Rivellino y la torre) como por su riqueza cultural y artística. Alberga el Museo de Historia Natural del Baldo y del Lago, con un enfoque multimedia y la posibilidad de vivir una experiencia sensorial completa, además de la interesante «Sala delle Galee», dedicada a la historia de la navegación en el lago. También vale la pena visitar el Palazzo dei Capitani, que data de los siglos XIII y XIV y está asentado sobre restos romanos y románicos. La belleza del pueblo ha enamorado a muchas personas, e incluso Goethe quedó fascinado cuando hizo una parada por casualidad en su viaje por Italia.
El encanto de Malcesine también se ve favorecido por el entorno natural en el que está inmerso, que une el lago de Garda, donde también se puede practicar vela, y el monte Baldo, desde cuya cima se puede disfrutar de una vista única de todo el lago. El Teleférico Malcesine-Monte Baldo (accesible también en silla de ruedas) permite subir sin esfuerzo y, gracias a sus cabinas giratorias, podemos apreciar mejor el extraordinario panorama.
En Malcesine, precisamente en la aldea de Cassone, también se encuentra el río más corto del mundo. Se trata del Aril, uno de los afluentes del Garda, que desde su nacimiento hasta su desembocadura tiene solo 175 metros de largo.
En la mesa, debes probar el casàt, un queso típico que ocupa un papel principal en varios eventos, como «Ciottolando con gusto» en septiembre.
Piazza Statuto, 37018 Malcesine VR, Italia
