Ćiastel de Tor

Tal vez «castillo» sea una palabra demasiado grande, si se piensa en gigantes como el Buonconsiglio de Trento o el Castel Forte/Trostburg, en la entrada del valle de Gardena/Gadertal. Para la historia de la arquitectura, se trataría simplemente de una torre residencial aislada con orígenes en el siglo XIII, a la que se añadieron más tarde otros dos pisos, un lienzo de muralla y un edificio menor. Para el mundo ladino del valle de Badia, más importante en cultura que en tamaño, es un castillo, y punto.

Además de ser un edificio perfecto y maravillosamente mantenido en plena naturaleza, Ćiastel de Tor es también un símbolo. En el pueblo situado más abajo funciona como centro de estudios y biblioteca el Istituto Culturale Ladino, pero aquí se ha creado de la nada uno de los primeros museos multimedia que se han abierto en Italia. Las vicisitudes de los ladinos se recorren a través de una serie de pantallas táctiles y de cuadros parlantes donde personajes del pasado, como la abadesa del monasterio de Castel Badia y el obispo filósofo Nicola Cusano, se dirigen directamente a los visitantes que deambulan entre reconstrucciones de ambientes típicos realizadas en las estancias medievales, que mantienen los muebles y objetos originales.

El Museum Ladin es un punto de referencia identitario tanto para quienes viven desde siempre en el valle de Badia como para las decenas de miles de residentes de los otros cuatro valles alpinos donde se habla ladino. Se trata de una lengua transmitida generación tras generación, hoy reconocida como tal por la provincia autónoma de Bolzano/Bozen.