Resumen
La mina de Serbariu, situada en Carbonia, en el territorio del Sulcis, es un testimonio concreto e impactante de la historia industrial de Cerdeña y de Italia en el siglo XX. Operativa entre 1937 y 1964, fue uno de los centros de extracción de carbón más importantes a nivel nacional, nacida en un período en el que el régimen fascista buscaba la autonomía energética del país.
El yacimiento se extendía sobre una superficie de 33 hectáreas y comprendía nueve pozos y una red de galerías subterráneas que superaban los cien kilómetros, con algunas que alcanzaban los 179 metros de profundidad. La ciudad de Carbonia fue fundada precisamente para acoger a los aproximadamente 16.000 trabajadores provenientes de diferentes regiones italianas, dedicados a una actividad ardua y a menudo peligrosa. La mina no era solo un lugar de producción, sino que representaba el núcleo de la vida social y económica de toda la zona, influyendo profundamente en la vida cotidiana de la comunidad local.
Tras años de abandono, el sitio ha sido recuperado y transformado en el Museo del Carbón, un espacio expositivo y didáctico que permite revivir la experiencia minera a través de ambientes reconstruidos con gran detalle. El recorrido museístico incluye la sala de las lámparas, donde se conservan herramientas de trabajo, objetos personales, fotografías de época y documentos históricos, enriquecidos con vídeos y testimonios directos de exmineros. Una galería subterránea muestra las técnicas de extracción empleadas a lo largo de los años, mientras que la sala de los cabrestantes alberga la maquinaria original utilizada para el transporte de personas y materiales.
Hoy el museo está gestionado por el Centro Italiano de la Cultura del Carbón, en colaboración con el Parque Geominero Histórico y Ambiental de Cerdeña, y ha obtenido reconocimientos internacionales, entre ellos el patrocinio de la UNESCO. Visitar la mina de Serbariu significa sumergirse en la memoria del trabajo y en la historia industrial del Sulcis, completando idealmente el recorrido cultural que ofrece el cercano Parque Arqueológico de Monte Sirai, que narra, en cambio, la herencia fenicio-púnica de la región.