Encargado originalmente a finales del siglo XVIII por el cardenal Durini, destacado escritor y mecenas, el Parque de la Villa del Balbianello estaba destinado a ser un refugio de ocio y deleite literario.
En los tiempos modernos, la propiedad fue adquirida por Guido Monzino, empresario, coleccionista y apasionado aventurero.
En 1974, Monzino transformó la villa en un refugio personal donde podía conservar meticulosamente los recuerdos de su apasionante vida, incluido su histórico logro de convertirse en el primer italiano en hacer cumbre en el monte Everest.