Viaje en autocaravana para descubrir los castillos de Emilia

Estamos en la provincia de Reggio Emilia y descubrimos las calles, pero sobre todo los castillos de Matilde di Canossa, una de las personas más poderosas e influyentes que vivieron durante la Edad Media.
En un momento en que las mujeres eran consideradas inferiores a los hombres, Matilde entró en contacto con reyes y príncipes, afirmando su legado como una de las personas más importantes e influyentes de ese período.

La primera parada de nuestro itinerario es el Castillo de Bianello, en el municipio de Quattro Castella.

Construido en un balcón natural en las primeras colinas de los Apeninos, desde donde se puede disfrutar de una vista impresionante, este castillo es el único superviviente de los cuatro fortificados en las colinas que dan nombre al municipio.

Aquí, Matilde vivió casi habitualmente y acogió a Enrique IV. Y siempre aquí, en 1111 fue proclamada vicaria imperial (es decir, vice-reina, ndr) de Italia por Enrique V.
Hoy en día solo se puede visitar con una visita guiada de unos 50 minutos.

Sube de nuevo a la autocaravana y dirige el navegador hacia el Castillo de Rossena, aún bien conservado. Una pequeña escalera conduce al fuerte formado por el núcleo central de la torre interior y 21 habitaciones dispuestas en varios niveles. Desde las ventanas, deje que su mirada vague por las suaves colinas, mientras que dentro de las habitaciones observe los frescos de los siglos XVII-XVIII y los frisos de cerámica de inspiración holandesa. 

También está la Torre de Rossenella, una torre de vigilancia a la que se puede llegar por un cómodo sendero.

Si tu sueño es dormir en un castillo, aquí puedes hacerlo realidad: hoy en día, el Castillo de Rossena alberga un albergue con 54 camas.

Sólo quedan ruinas para el Castillo de Canossa. Estamos a menos de 15 kilómetros del Castillo de Rossena. La fortaleza, o más bien, lo que queda de ella, domina el Val d 'Enza desde 940, cuando fue construido por el entonces conde de Mantua Adalberto Atto di Canossa. 

El castillo está abierto de martes a domingo en horario continuo y es posible reservar una visita guiada a convenir con la taquilla. La joya de la corona es el pequeño Museo Nacional que tiene su sede en el Castillo y que custodia una pila bautismal del siglo XII.

El itinerario continúa en la provincia de Parma, para llegar al Castillo de Torrechiara, una mansión del siglo XV situada en la cima de una colina rocosa panorámica y escenario de una romántica historia de amor cortés. Merece la pena visitar su interior por sus numerosas salas con frescos.

Para pasar la noche en autocaravana hay un área de descanso en Vico di Canossa, al comienzo del sendero que conduce al Castillo de Rossena y Canossa. Estamos en el corazón del valle de la comida italiana, te esperan deliciosos bocadillos.

Despertar temprano y salir hacia Polesine Zibello en la provincia de Parma, a pocos pasos del río Po.

Aquí no puede faltar la visita a la Antica Corte Pallavicina, finca que alberga un relais, un restaurante con estrellas Michelin y el Museo del Culatello y del masalén.

Los ladrillos a la vista son la clave estilística de algunos de los monumentos más emblemáticos de Polesine Zibello, desde el Palazzo Pallavicino con su bello pórtico hasta la Iglesia Parroquial de los Santos Gervasio y Protasio, de estilo gótico tardío. 

¿La gran pantalla es tu pasión? Haga tiempo para una parada en el Museo “Il Cinematografo”, en el antiguo Convento de los Padres Dominicos, donde se conservan más de 600 objetos que han hecho la historia del cine. 

Desde Polesine se prosigue hacia los limítrofes lugares verdianos: Roncole Verdi, fracción de Busseto, y Villa Sant 'Agata, lugares del corazón del Maestro Giuseppe Verdi, que allí nació, vivió y desarrolló su genio musical. Al compositor se dedican también la plaza principal del pueblo y el Teatro, inaugurado en 1868.

Continuando se llega a Castell 'Arquato, conocida como "Ciudad del Vino" y famoso set cinematográfico de algunas escenas de Ladyhawke. El pueblo medieval, muy bien conservado, es uno de los 100 pueblos más bellos de Italia, no parar es un pecado mortal.

Recorriendo a pie sus callejuelas sinuosas, levantad la mirada para no perderos las murallas almenadas de la Rocca Viscontea , del Palazzo del Podestà y del Palazzo-Museo Casa Stradivari, elegantes con sus cimas “a cola de golondrina”.

23 kilómetros os separan de la siguiente meta, el Castillo de San Pietro in Cerro, en la provincia de Piacenza. Austero y compacto en el exterior, le sorprenderá con la elegancia de sus claustros. Atención, sin embargo: se dice que la fortaleza todavía está habitada por el espíritu de Agata, una joven que, después de la muerte por ahorcamiento del escudero del que estaba enamorada, se quitó la vida arrojándose de la torre del homenaje. 

Para detenerse en la autocaravana, después de la visita, puede usar el área de estacionamiento en via Don Mezzadri en Monticelli d 'Ongina.

Tiempo para dedicarse a los más pequeños. Hoy nos dirigimos hacia el Castillo de Gropparello, pausa perfecta para quien está con toda la familia gracias al Parque de los Cuentos, primer parque emotivo para niños de Italia, donde todos los días se escenifica la Edad Media.

Castillo al que vas, fantasma que encuentras. Aquí, para infestar torres y salones es el fantasma de Rosania, amurallada viva por su marido traicionado. Se dice que, de noche, por los pasillos del castillo se oyen todavía los lamentos y el llanto de la joven.

Trasladándose todavía se llega a Bobbio, reconocido desde 2006 como uno de los pueblos más bellos de Italia y en 2009 Borgo dei Borghi. Para llegar al centro, tendrás que cruzar el Puente del Diablo, sobre el río Trebbia: se dice que fue construido por el propio Lucifer para asustar a los monjes de San Columbano hasta el punto de impedirle cruzar. Vosotros, sin embargo, no os dejéis intimidar por la leyenda: del otro lado, os esperan la Catedral del siglo XV, el Castillo Malaspina y los macarrones a la bobbiese, delicia para el paladar. 

Si viajas con buen tiempo, date un paseo por el río. En verano se puede nadar entre charcos y pequeños rápidos.

La última parada es la ciudad de Piacenza, con el Palazzo Farnese y la inacabada ciudadela de los Visconti, hoy sede de los Museos Cívicos.

Antes de volver a casa, recoge algunas golosinas. La copa piacentina, el tocino y el salami piacentino, el provolone Valpadana, todos productos DOP que reescriben el concepto de souvenir.