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Enogastronomía
Calabria

Calabria y la guindilla

Un viaje por Calabria, por la tierra del llamado “oro rojo”, para descubrir los sabores intensos que recuerdan las influencias de Medio Oriente llevadas a la cocina local.

3 minutos

Diamante es la capital, hasta el punto de haber dedicado al piparedduzzu (así se llama en dialecto a la guindilla) una Academia que cada año organiza en septiembre un festival que ha alcanzado una fama internacional: cine, arte, cultura, encuentros, debates, sátiras, música, desfiles de moda, espectáculos de calle y tanta gastronomía en la cual el llamado “oro rojo” no falta nunca. 

El itinerario parte justamente de Diamante, el “Jardín de los Cedros”, ocho kilómetros de playa, mar cristalino y callejuelas alegremente decoradas con murales. En esta graciosa localidad es una obligación probar las infinitas salsas y la famosísima n’duja: un embutido con abundante guindilla, óptimo como entrante y como aderezo de platos principales. Una visita a Maierá, a 8 kilómetros de Diamante, nos conducirá al Palacio Ducal que acoge el Museo de la guindilla.

Prosiguiendo a lo largo de la costa hacia el norte, nos encontramos con playas atestadas: Scalea, con su antiguo pueblo dispuesto en gradiente y Praia a mare, entre cedros, con la encantadora isla de Dino y el Santuario de la Virgen de la Gruta desde donde se puede disfrutar de un extraordinario panorama sobre la costa.

Atravesando el Parque nacional del Pollino, con una naturaleza particularmente áspera, se llega a Castrovillari con el imponente castillo aragonés del 1490. Esta zona es uno de los puntos de partida de las excursiones del parque (en la parte de Calabria, recordemos que el parque cubre también parte de Basilicata).

Para los que al mar prefieren la montaña y con ella la posibilidad de practicar numerosos deportes (senderismo, mountain bike, alpinismo, descenso de torrentes, rafting, espeleología y- en invierno- esquí de fondo) se les recomienda una visita a este parque, que dispone de distintos campings, refugios etc., y a sus reservas: el valle del rio Lao, las gargantas del Raganello y el valle del rio Argentino.

En el área protegida vive desde hace quinientos años la comunidad Arbereshe, de origen albanés, que se asentó entre Calabria y Basilicata entre 1470 y 1540 huyendo de los turcos. Entre los pueblecitos que merecen una visita están: Acquaformosa, Civita (donde hay un museo de la civilización Arbereshe), San BasileLungroPlataci Frascineto. Algo que no hay que perderse absolutamente son loas evocadoras celebraciones cantadas según el rito greco-bizantino.

De la montaña a la ciudad llegamos a Cosenza, capital de la provincia con su pintoresco Corso Mazzini, el bello casco antiguo y la vista de los ríos Crati Busento. Después de una visita a la majestuosa Catedral,  pasamos a la mesa, donde encontramos los fuertes sabores de Calabria y donde la especialidad es la mústica: pescaditos cubiertos de guindilla, secados al sol y conservados en aceite.

Nuestro itinerario se concluye volviendo a la costa del Tirreno, a Paola, donde del 1 al 4 de mayo se celebra el patrón de Calabria, San Francisco de Paula. Para el evento numerosos fieles llegan de toda Italia, pasando las noches al aire libre, cantando. La celebración culmina con la procesión de la estatua del santo que, a través de una calle decorada con quioscos de cerámica en los que se representa los milagros de l santo, se llega, primero, al convento, donde, en la iglesia gótica, se conservan las reliquias del santo y, después, por la tarde, se llega hasta la playa para proceder a la bendición de las barcas. A medianoche los fuegos artificiales cierran la fiesta.

En los pueblecitos de la comunidad Arbereshe destacan por su particularidad los tejidos (tapices, mandiles y bolsas) realizados con la fibra obtenida de la retama. El arte del tejido está muy difundido por toda la región.

Productos típicos de la gastronomía: además de la guindilla, destacan las óptimas variedades de embutidos (de “fuego”, como la soppressata -parecida a la sobrasada mallorquina-), el queso pecorino, la ricotta y la cédride (confitada o como licor, una especialidad de Diamante). Con la cédride se hacen los panicilli, panecillos de pasas envueltos en las hojas del cedro. Vinos DOC: los tintos Donnici, Pollino y Savuto.  

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