Calabria: entre Bizantinos y Borbones
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En Calabria, entre bizantinos y borbones, es posible recorrer un itinerario de historia, arte y culto que serpentea por los municipios calabreses de Stilo, Bisongi y Pazzano, en el corazón de las Serre, entre hayedos y abetales centenarios, cursos de agua y mucha historia.
Stilo
La primera etapa de este viaje es Stilo, ciudad del filósofo Tommaso Campanella y una de las metas más bellas e interesantes por su historia y su arte. La posición en la que surge es, por sí misma, todo un espectáculo: el antiguo pueblo se dispone de forma escalonada sobre la piedra, en una pendiente entre olivos y vides, seguramente distinto del original aspecto oriental del siglo X, cuando la ciudad era el principal centro bizantino de la Calabria meridional. Desde el siglo VII esta zona se convierte en una de las principales metas de monjes ortodoxos provenientes de Oriente. En Aspromonte surgieron, de este modo, numerosos monasterios, sobretodo en la Vallata dell’Amendolea y en la Vallata dello Stilario. Precisamente Stilo acogió eremitas y monjes basilianos que habitaron en las grutas y que construyeron esa obra maestra que es la Cattolica, testimonio del arte oriental y pequeña joya de arquitectura bizantina.
Bivongi
Prosiguiendo nuestro viaje llegamos a Bivongi, cuyo origen se remonta al siglo IX, cuando las incursiones de sarracenos obligaron a los habitantes de la costa a poblar las zonas internas montañosas, dando vida a característicos pueblos como éste. También las grutas presentes en este territorio fueron habitadas por monjes basilianos, como Juan Theristi. Después de la muerte su fama entre las poblaciones de la zona creció hasta el punto de llegar a ser proclamado santo y, en el lugar donde se suponía que estaba su fuente sagrada –a dos kilómetros de la zona habitada-, se construyó el Monasterio de San Juan Theristi, hoy día el monumento principal de la localidad y ejemplar testimonio de arquitectura de tránsito entre el estilo bizantino y el posterior latino normando.
Otro lugar espiritual que no hay que dejar de ver es la Ermita de Monte Stella. El caminante que llega hasta aquí, recorriendo el camino que desde Pazzano lleva a Stilo, quedará notablemente sorprendido por el lugar: un abismo en las vísceras de la tierra donde, durante casi dos siglos, los eremitas vivieron en contemplación, en recogimiento y en mortificación. El santuario no es otra cosa que una gruta natural en la pendiente de una montaña a la que se accede descendiendo 62 escalones excavados en la piedra. En el santuario se encuentra, además de una escultura de la Virgen, dibujos de la Inmaculada Concepción, la Santísima Trinidad y la Adoración de los pastores.
De los Bizantinos a los Borbones
Todo el territorio de la sierra calabresa, 3600 hectáreas entre bosques de abetos y hayas, que incluye los ayuntamientos de Stilo, Bivongi, Brognaturo, Mongiana y Sierra San Bruno en las provincias de Reggio di Calabria y Vibo Valentia, es llamado Ferdinandea y forma parte del Parque Natural Regional de la Sierra. El nombre deriva de Ferdinando II de Borbón que, a partir de 1832 adaptó el lugar como zona de caza construyendo una pequeña villa.
En los años sucesivos Ferdinandea se transformó en un centro siderúrgico y se construyeron la estación de ferrocarril, el cuartel, los edificios residenciales y administrativos, las escuderías y los establos.
Como testigos de estos períodos se conservan la Villa Ferninadea y la Fundición en la que se trabajaba el hierro extraído de las minas de Pazzando (del Monte Stella). Es un lugar interesante desde el punto de vista de la arqueología industrial, de hecho forma parte del Ecomuseo de las herrerías y fundiciones de Calabria, a pesar de todo en esta zona, meta del turismo, se pueden organizar excursiones a través de senderos mencionadas por el CAI (Club Alpino Italiano). El "Sentiero del Brigante" (Sendero del Bandolero) atraviesa Ferdinandea, uniendo Gambarie de S. Stefano, en Aspromonte, con Sierra S. Bruno. Un bello itinerario para los excursionistas de largos recorridos, localizado y recorrido en 1989 por el Grupo Excurionista de Aspromonte.