Resumen
Pequeño pueblo de los Abruzos rodeado de naturaleza
Pequeño municipio de la provincia de Pescara, en los Abruzos, Farindola es un bonito pueblo de orígenes antiguos. Con vestigios de ocupación que se remontan al Neolítico, pero fundada en realidad en el siglo XI por los normandos, esta ciudad es hoy un importante destino turístico de los Abruzos.
El monumento más importante de la ciudad es sin duda la iglesia parroquial de San Nicolás de Bari: erigida en 1080, ha sufrido importantes reformas desde los años 20, que han alterado su exterior e interior. Lo más destacado de este edificio es la vista de la campiña circundante, visible desde la plaza frente a la iglesia.
Desde Farindola es posible llegar a encantadores puntos de interés, como el lago de Pietralunga, la zona de fauna del rebeco de los Abruzos y la famosa cascada del Becerro de Oro, evocadores espectáculos naturales inmersos en zonas incontaminadas. También cabe destacar la proximidad a los conocidos pueblos de Castel del Monte y Rocca Calascio, centros turísticos de impecable estilo medieval.