Resumen
Se cree que la historia del castillo Falletti , dada la ausencia de documentos históricos sobre su construcción, comenzó en el siglo X, cuando Berengario I permitió al señor feudal local erigir una defensa eficaz contra las frecuentes incursiones de los húngaros primero y de los sarracenos después. De esa estructura original queda muy poco: la torre del homenaje, todavía visible hoy en día, formaba parte de dicha estructura. El primer testimonio escrito se remonta al siglo XIII, con un acta de cesión de la propiedad por parte de los señores de Marcenasco en favor del municipio de Alba que, unos años más tarde, lo cedería a los Falletti, quienes a su vez lo remodelaron significativamente y lo convirtieron en residencia estable de una rama de la familia.
El catastro de 1524 menciona la presencia de una treintena de casas alrededor del castillo, casas que desaparecieron gradualmente para dar paso a posteriores apéndices del propio castillo. Castillo que, en 1544, fue destruido y saqueado por el gobernador francés de la vecina Cherasco durante las largas guerras de la época. A Giacomo y Manfredo les tocó reparar los importantes desperfectos, aportando modificaciones de mejora adicionales. El nuevo castillo, fruto de las reformas del siglo XVI, permaneció sustancialmente sin cambios hasta 1864, año de la muerte de Julieta Colbert, la última marquesa de Falletti. Mientras tanto, el castillo ya había pasado a ser simple casa de campo debido al traslado de la residencia principal de los Falletti, en 1814, al palacio Barolo de Turín.
Entre sus ilustres invitados durante la última época de los Falletti destaca sin duda Silvio Pellico, presentado a la marquesa por Cesare Balbo después de diez años de cautiverio en Špilberk y que más tarde se convertiría en íntimo amigo, consejero de confianza y administrador de la biblioteca Falletti. Pellico y la marquesa solían pasar largos días juntos entre el castillo Falletti y el castillo de Volta, dedicados a la lectura y la conversación. A la muerte de Colbert, el castillo Falletti pasó a manos de la Opera Pia Barolo, que con importantes obras de renovación que alteraron profundamente su estructura, lo transformó en el colegio Barolo. El papel del colegio, activo hasta 1958, era dar la oportunidad de estudiar a niños con dificultades económicas. En 1970 fue adquirido por el Ayuntamiento de Barolo, gracias sobre todo a una suscripción pública a la que muchos contribuyeron generosamente. A lo largo de los años, ha sido ampliamente restaurado. Actualmente, el castillo es la sede del Museo del Vino (WI.MU.).
