Las ciudades de arte: tradiciones y eventos en las ciudades italianas

En Turín, ante todo, la Navidad es sinónimo de Luces del Artista, un asombroso viaje de descubrimiento que te mostrará la ciudad como nunca la has visto, para apreciarla con una luz inédita. El Palacio Real, los Jardines de Sambuy, la Mole Antonelliana y las calles principales te sumergen en un ambiente sin igual.

Este año, el evento celebra 25 años y se enriquece con tres nuevas obras creadas por Giorgio Griffa, Renato Leotta y Grazia Toderi. Si no quieres perderte ninguna, opta por el Luci d'Artista City Tour, que en una hora te permitirá descubrirlas todas desde el autobús panorámico City Sightseeing. La iluminación de Turín se enciende a las 17:00 horas y podrá verse durante todas las fiestas, hasta el 8 de enero de 2023. 

En Milán, la fiesta comienza en la víspera de San'Ambrosio, el 7 de diciembre, con la feria de Oh Bej Oh Bej, que oficialmente da el pistoletazo de salida a la Navidad. En los más de 400 puestos que rodean el Castello Sforzesco se puede encontrar de todo, desde chamarileros, en los que se pueden encontrar algunas antigüedades hasta puestos de comida en los que no puedes irte sin degustar las frittelle, las castañas asadas y el vino caliente.

Si vienes con niños, pasad por los Jardines Indro Montanelli que, hasta el 9 de enero, albergan el Villaggio delle Meraviglie, un parque temático dedicado enteramente a la Navidad. Aquí la palabra aburrimiento no existe, entre la pista de patinaje y la caseta donde ver a Papá Noel, además de muchos espectáculos (se requiere reserva y billete para ambos). 

Los amantes del ambiente evocador de la Navidad con nieve pueden encontrarlo en Trentino, donde las fiestas son pura magia. Por ejemplo, en Trento, hasta el 8 de enero se puede visitar el tradicional mercadillo navideño en plaza Fiera y plaza Battisti. Entre las casetas de madera de los expositores, la artesanía local, los adornos para el árbol y el belén, así como las especialidades gastronómicas, sobre todo el zelten, un pastel navideño a base de frutos secos y pasas sultanas, perfecto incluso como recuerdo.

Para hacer felices a los más pequeños, no os perdáis la plaza Dante, que alberga un auténtico pueblo encantado. Acércate a las casetas y asómate a las ventanas para ver lo que ocurre en su interior; los fines de semana, los niños pueden participar en talleres de temática navideña, previa reserva y pago.

La vecina Rovereto no es menos. Sus mercadillos tradicionales se pueden visitar hasta el 6 de enero, en via Roma, el Patio Urbano y plaza Battisti, donde, además de las casetas de madera, hay juegos de luces de espectáculos de luz y «videomapping», que dibujan la alegría de la fiesta más querida en las paredes de casas y edificios.

Credits: Romano Magrone

Tanto para pasar un día como para unas vacaciones más largas, Florencia reserva citas ineludibles. Desde Ice Village hasta la fortaleza de Basso, una de las atracciones más populares, y la noria de 55 metros de altura, para ver la ciudad desde un punto de vista privilegiado.

En los jardines de la fortaleza también se encuentra una pista de patinaje, construida alrededor de la fuente y abierta de la mañana a la noche, que cuenta con un pequeño récord: con sus 300 metros es la más larga de Europa.

Los mercadillos navideños en la capital toscana también son mágicos: el más famoso está en plaza Santa Croce, hasta el 18 de diciembre. En su lugar, podrás maravillarte con los muchos árboles de Navidad de la ciudad hasta el final de las vacaciones: desde el Palazzo Vecchio hasta la plaza del Duomo, y desde la plaza de la República hasta Piazzale Michelangelo, a cual más brillante. Además, en la plaza del Duomo, como es tradición, vuelve el belén a tamaño natural para la Navidad de 2022. Es imposible no verlo, pues se encuentra en el patio de la iglesia, con estatuas de terracota realizadas en un horno de Impruneta por el artesano Luigi Mariani.

En Florencia, y en toda la Toscana, Navidad es también sinónimo de Ceppo, una tradición muy antigua que hoy en día pocos practican, pero que sigue viva en la memoria de los más mayores, pues el Ceppo era quien traía los regalos a los niños toscanos antaño. En la víspera de la Nochebuena, un gran tronco de madera, símbolo de la fuerza, la unidad familiar y el futuro que, en presencia de los arbolitos, debía arder lentamente, hasta el 26 de diciembre.

Hoy en día, además de Papá Noel, la Befana lleva los regalos a los niños. Si el 6 de enero estás en Florencia, no te pierdas el tren de vapor que va desde Santa Maria Novella a San Pietro a Sieve, en Mugello. Todos los niños recibirán un calcetín lleno de caramelos.

En Roma, la cita con los mercadillos de Navidad se da en plaza Navona, donde los puestos de dulces y juguetes abren el 1 de diciembre y cierran el 6 de enero: toda una institución en la ciudad, aunque no es la única.

Plaza Venecia exhibe uno de los árboles de Navidad más pintorescos de la capital, mientras que el resto se pueden ver delante del Coliseo y en la plaza de San Pedro. Este año, el tradicional abeto rojo elegido por el Vaticano para adornar la plaza frente a la Basílica proviene de Molise, mientras que el belén del pueblo friulano procede de Sutrio en Carnia. Lo forman 18 estatuas iluminadas por 50 puntos de luz, dispuestas en una superficie de 116 metros cuadrados.

Si te gustan las luces, date un paseo por el Jardín Botánico, encendido hasta el 8 de enero con Incanto di Luci, al mismo tiempo que otras ciudades europeas. Es una auténtica exposición sensorial nacida del formato alemán de «Christmas Garden», cuya idea de fondo es realzar la belleza de los parques y jardines, que también se pueden disfrutar por la noche.

Resulta imposible pensar en qué hacer en Navidad en Nápoles sin tener en mente un paseo por San Gregorio Armeno, la calle de los belenes. Puedes visitarla todo el año, pues los artesanos siempre están trabajando, si bien en Navidad la calle adquiere un encanto especial.

Aquí, hay de todo para preparar el belén, desde pequeñas estatuillas de 3 centímetros hasta las más grandes, y tampoco faltan las personalidades del momento y, sobre todo, de la política.
He aquí un dato curioso: el belén clásico napolitano retrata a los personajes con ropas del siglo XVIII, ya que fue en este siglo cuando nació la tradición, que mezcla elementos sagrados con la vida popular, haciendo gala de una buena dosis de ironía y teatralidad.

Además, en la Feria de Ultramar hasta el 18 de diciembre se puede visitar el Christmas Village, ideal para pasar unas horas en familia. Cuenta con una pista de patinaje, zonas de juegos y muchas casetas de madera donde curiosear para ir de compras. Entre lo sagrado y lo profano, a la manera napolitana.