Arte y cultura en Italia

El "Balcón de las Marcas", así se llama Cingoli, que se eleva en la cima del monte Circe, a más de 600 metros de altitud. Desde la gran terraza, situada sobre las murallas del castillo de origen medieval, se puede admirar un paisaje encantado, un cuadro que narra la belleza del territorio de las Marcas, hasta el mar, hasta el monte Conero, con ligeras pinceladas. Si, por un lado, el centro histórico se caracteriza por sus espléndidos palacios aristocráticos de colores cálidos y portales típicos del Renacimiento y por las iglesias que albergan obras maestras como la Madonna del Rosario de Lorenzo Lotto, por otro lado, el territorio que rodea el pueblo es el destino ideal para los amantes de la naturaleza, que pueden disfrutar del encantador silencio de los bosques en las laderas del monte San Vicino y cerca del lago de Castreccioni, donde también hay un parque de aventuras.

La más alta de las dos torres emblemáticas de la ciudad. Construida entre 1109 y 1119 por la familia Asinelli, para dar prestigio a la familia del mismo nombre y con una función defensiva, es la torre medieval inclinada más alta de Italia. Es una de las 22 torres que todavía caracterizan el perfil de la ciudad de Bolonia. Es sin duda la más famosa y todavía se puede visitar con acceso desde la Plaza de Porta Ravegnana, donde se encuentra la entrada. Tienes que subir 498 escalones para ascender los 97,20 metros de la torre y llegar a la azotea, desde la que puedes admirar el panorama de toda la ciudad. A lo lejos, en un día claro, puedes ver las colinas de Padua y los Prealpes venecianos al norte, el valle del Po al este y al oeste, y los Apeninos al sur. La Torre degli Asinelli fue alcanzada por un rayo en varias ocasiones y en 1824 se instaló un pararrayos. Ha soportado varios incendios y ha sobrevivido a los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial.

Museo del ‘900: Una concentración de arte del siglo XX El Museo del '900, situado en la Plaza del Duomo en el Palazzo dell’Arengario,alberga una de las colecciones de arte más importantes del siglo XX. Además de las pinturas, estatuas e instalaciones que componen la colección permanente, el museo acoge varias exposiciones temporales. No te puedes perder la sala dedicada a Lucio Fontana, con su espectacular vista del Duomo y la gran luz de neón que cuelga del techo como un abrazo a la ciudad: uno de los mejores lugares para admirar la fachada del Duomo y la plaza desde lo alto y hacer fotos con un telón de fondo excepcional.

En Valle Roveto, en una meseta que domina el amplio valle atravesado por el río Liri, se encuentra Civita D'Antino. Un encantador pueblo con notables testimonios de su pasado, primero como Città dei Marsi y luego como Municipio Romano. Entre sus calles flota un encanto de otros tiempos, que hoy atrae a muchos turistas. En el pasado, entre finales del siglo XIX y principios del XX, fascinó a un grupo de artistas daneses que establecieron aquí la sede de verano de una escuela de arte, gracias al maestro Kristian Zahrtmann que, durante sus viajes para descubrir la Italia menos conocida, llegó a Civita d'Antino y se quedó tan fascinado por la belleza de los lugares que eligió este pequeño y remoto pueblo como segunda residencia. Todos los años, hasta 1911, como invitado de la familia Cerroni, pasaba allí el verano, hasta el punto de que en 1902 fue reconocido como ciudadano de honor de Civita d'Antino. Anteriormente, este pueblo había encantado a otros artistas, como el pintor danés Enrik Olrik en 1877 y, antes, Edward Lear en 1843.

Excelencia del patrimonio artístico de Molise En Casacalenda, en la provincia de Campobasso, hay un lugar donde la originalidad se mezcla con la cultura: es el MAACK, Museo de Arte Contemporáneo al Aire Libre Kalenarte. Nacido en 1992 de una idea del arquitecto Massimo Palumbo, en colaboración con la asociación Kalenarte, MAACK enriquece el pequeño pueblo de Molise con 21 instalaciones permanentes, repartidas por todo el territorio municipal. De las calles a las plazas, de los bosques a las vistas panorámicas, se alzan las obras de este museo al aire libre, fruto de una experimentación artística y cultural sui generis. A las afueras del pueblo, la gigantesca figura de El Poeta, de 9 metros de altura, perfectamente integrada en los árboles que la rodean, da la bienvenida a los visitantes. En la pequeña plaza, a tiro de piedra del ayuntamiento, se encuentra el gran tablero de ajedrez blanco y negro, de material natural. También está el mosaico mural de El Juego del Sol, compuesto por pequeñas baldosas de piedra capaces de reflejar la luz, y el Árbol de la Cuccagna, en el que se cuelgan productos típicos locales. Tu eliges qué ruta seguir entre la roja, la azul o la verde y te dispones a descubrir un lugar que mezcla tradición e innovación.