Bari: la capital de Apulia
Nuestro viaje comienza en Bari, una ciudad polifacética con vistas a la costa adriática.
Famosa por su centro histórico y sus productos típicos, Bari nos da la bienvenida con su arquitectura única y fascinante.
Corazón vivo de la ciudad, Bari Vecchia es un intrincado laberinto de calles estrechas que conserva todo su encanto de antaño. La basílica de San Nicolás, un magnífico ejemplo del románico de Apulia, da testimonio con su monumentalidad de la fuerte devoción que, desde siempre, han tenido los bareses por el santo obispo de Myra. No muy lejos, el castillo de Suabia, construido en el siglo XII bajo la dominación normanda, revela todo su encanto al contarnos una larga y gloriosa historia. Al pasar por la catedral de San Sabino, nos detenemos a admirar la amplia selección de pescado fresco y productos típicos locales en uno de los mercados al aire libre más grandes de Europa. Salimos del casco antiguo para adentrarnos en la monumental red de calles construida por Gioacchino Murat en 1813. Aquí nos encontramos con el teatro Petruzzelli, un importante monumento cultural y artístico de la ciudad que es famoso, además de por su belleza y fascinante ingeniería, también por las grandes obras que se representan allí cada año.
No podemos continuar nuestro viaje sin probar la focaccia barese, un producto típico y un verdadero orgullo para todos los habitantes de Bari. Producida con ingredientes locales y de alta calidad, la focaccia barese es uno de los símbolos de la cocina de Apulia. Partamos de nuevo con la certeza de que la historia, la belleza, los sabores y la singularidad de esta ciudad nos acompañarán en nuestro viaje.
Alberobello: el encanto de la simplicidad
Alberobello no necesita presentación. Famoso en todo el mundo por su centro histórico construido íntegramente en forma de «trullo», sorprende cada vez por sus casas blancas con techo en forma de cono.
El pueblo, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1996 como testimonio de la cultura local, atrae cada año a miles de visitantes atraídos por la belleza arquitectónica de este lugar único en el mundo.
Más de 1500 trulli se apoyan unos contra otros siguiendo la pendiente de la colina y forman una aglomeración que es una verdadera pintura. En ellos, los artistas eran los artesanos locales y los colores eran las piedras.
Gracias a una antigua técnica de construcción y a la sabiduría popular, nacieron estas características construcciones de «piedra seca» cuyos tejados cónicos y símbolos característicos se han convertido en iconos del estilo italiano en todo el mundo.
El gran encanto que desprenden ha hecho de Alberobello no solo un lugar único desde el punto de vista arquitectónico, sino también un lugar que representa la historia y las tradiciones de Apulia.
Polignano: «Volare», con vistas al mar Adriático
Situado en un alto acantilado con vistas al mar cristalino, Polignano ofrece vistas impresionantes del mar Adriático.
Las estrechas callejuelas del centro histórico reflejan la arquitectura típica del Mediterráneo y conservan en su interior todos los colores y sabores de esta magnífica tierra rica en tradiciones, cultura y arte. La iglesia de Santa Maria Assunta, una fascinante obra de arte arquitectónico románico-gótico, le confiere monumentalidad y un carácter sagrado a la antigua ciudad ubicada bajo del majestuoso campanario.
El puente Lama Monachile, que conecta el casco antiguo con la zona del puerto, ofrece una sorprendente vista del acantilado en el que se encuentra el pueblo. Un lugar en el que admirar la belleza y la fuerza de la naturaleza, dejándote acompañar por el viento y el sonido del mar en un paseo romántico que no te dejará indiferente.
La banda sonora de nuestra visita a Polignano a Mare es sin duda la famosa canción «Volare» de Domenico Modugno. Nacido precisamente en esta ciudad, Modugno es conocido a escala nacional e internacional por haber sabido cantar la cultura, la pasión y las emociones italianas.
Ostuni: La ciudad blanca
Ostuni nos fascina desde lejos. El blanco de sus casas, que le ha valido el nombre de Ciudad Blanca, resalta sobre el verde de las colinas cubiertas de olivos en las que se alza la ciudad. Según una tradición, el nombre de Ostuni derivaría precisamente de la deformación dialectal de la palabra árabe «zaitun», oliva o aceituna. Su centro histórico, una verdadera joya de la arquitectura mediterránea, aún conserva el ambiente antiguo y evocador de un pueblo medieval. Recorrer las estrechas calles de Ostuni es una experiencia verdaderamente única. Podrás admirar la espléndida catedral de Santa Maria Assunta, con su fachada barroca y su magnífico rosetón. Otro destino imprescindible es sin duda la iglesia de San Vito Martire, que data del siglo XVI, con sus importantes obras de arte religioso. Al llegar al mirador, situado en el punto más alto de la localidad, se puede disfrutar de una vista espectacular de toda la ciudad. La mirada abarca las amplias extensiones de olivos salpicadas por los típicos «trulli» de Apulia, las cuales llegan hasta el mar Adriático, un verdadero espectáculo de la naturaleza y el ingenio humano.
Te esperan infinitas maravillas para que disfrutes de unas vacaciones inolvidables conociendo el arte, la cultura, la gastronomía y el mar de la Ciudad Blanca.
Matera: La ciudad de los «Sassi»
Un breve desvío por nuestra ruta en Apulia nos permite llegar a Basilicata y descubrir, a través de los famosos «Sassi», una antigua ciudad excavada directamente en la roca.
Se llega a la ciudad vieja atravesando los barrios populares construidos en la posguerra para «sacar a la gente de los Sassi». En los últimos años, Matera se ha convertido en un famoso centro cultural y turístico: incluida en la lista del Patrimonio Mundial de la Humanidad de la Unesco en 1993, ha acrecentado su notoriedad y en 2019 fue Capital Europea de la Cultura. Explorar esta ciudad milenaria significa sumergirse en una atmósfera única en la que unas vistas «prehistóricas» hacen de telón de fondo de interesantes museos, tiendas y restaurantes tradicionales. Tómate tu tiempo para visitar el Museo Nazionale d'Arte Medievale e Moderno de Basilicata, en el Palazzo Lanfranchi, un lugar de gran importancia cultural en el que se exhiben obras de arte de artistas locales e internacionales.
Recorriendo las callejuelas del centro, entre objetos de cerámica esmaltada, tejidos tradicionales y joyas de piedra, excelencias de la artesanía local, los aromas y los colores de los productos típicos nos invitan a degustar los platos de la tradición lucana: desde el pan de Matera a la «Lagana» (una pasta fresca servida junto con miga de pan tostado, ajo y aceite de oliva) hasta los famosos «peperoni cruschi» (pimientos «friggitelli» secos). Una armonía de gusto y tradición que narra la historia y la cultura de estos lugares mágicos.
Grottaglie: La ciudad de la cerámica
Habitada desde la antigüedad, Grottaglie cuenta con una historia milenaria y es famosa en todo el mundo por la producción de cerámica artística, la cual se remonta a la época grecorromana. Hoy en día, Grottaglie es una ciudad próspera y los numerosos talleres artesanales producen objetos de cerámica que son verdaderas obras de arte. Paseando por el centro histórico encontramos dos de los lugares de mayor interés de la ciudad: el Castello Episcopio (castillo episcopal) y la Chiesa Madre (iglesia matriz). El castillo, construido en la época normanda para proteger la ciudad de las incursiones sarracenas, alberga hoy en día el Museo della Ceramica y es punto de referencia para el arte de la cerámica en todo el mundo.
No muy lejos, la Chiesa Madre nos acoge con su monumentalidad. Construida en el siglo XVII y destruida por el terremoto de 1743, fue reconstruida a finales del siglo XVIII y alberga varias obras de gran importancia artística, incluida una pintura que representa a la Virgen de Grottaglie, patrona de la ciudad.
Una visita a los talleres artesanales donde los alfareros trabajan con habilidad y maestría la cerámica, creando obras únicas y originales, será sin duda una experiencia única que no te puedes perder.
Lecce: El Barroco en todos los aspectos
Lecce es arte. Conocida sobre todo por su arquitectura barroca, rica en detalles y decoraciones, la capital salentina recibe también el sobrenombre de la «Florencia del Sur».
La basílica de la Santa Cruz, situada en el corazón del centro histórico, con numerosos altares y capillas adornados con estatuas y pinturas de artistas locales y una rica decoración de figuras zoomorfas y vegetales, es una verdadera obra maestra del Barroco de Lecce.
Ciertamente, merece una visita el castillo de Carlos V. Construido en el siglo XVI por el emperador Carlos V como fortaleza defensiva contra las incursiones sarracenas, es hoy un importante centro cultural, ya que alberga en su interior un museo arqueológico.
No puedes irte de Lecce sin pasear por sus estrechas calles y sus antiguas plazas, descubriendo y disfrutando de las numerosas delicias locales. Antepasado de la comida take away, el «rustico leccese», una especie de empanada salada rellena de tomate, «mozzarella» y bechamel, y el «pasticciotto leccese», un dulce a base de pasta «frolla» y crema pastelera, son etapas ineludibles para sumergirse en la vida y la cultura de esta magnífica ciudad.
Otranto: Una mirada hacia el este
Otranto es un verdadero tesoro artístico y cultural asomado a la costa oriental de Apulia.
Esta encantadora ciudad, rodeada de aguas cristalinas y playas doradas, combina el arte antiguo y el moderno, creando un ambiente particularmente fascinante. Sus poderosas murallas encierran tesoros únicos, como la catedral de Santa Maria Annunziata, una maravillosa iglesia románica que data del siglo XII, la cual conserva en su interior un precioso pavimento con mosaicos conocido en todo el mundo, así como frescos y obras de arte de gran valor.
Situado para proteger el centro histórico, el castillo aragonés domina el mar desde lo alto del promontorio y ofrece unas vistas impresionantes de la ciudad y la costa circundante.
Protegida por el golfo que la encierra, la magnífica playa de Otranto es uno de los lugares más fascinantes de la ciudad y, con sus aguas cristalinas y sus playas doradas, atrae cada año a numerosos turistas, que encuentran aquí un lugar único para relajarse y disfrutar de su belleza natural.
La ciudad también ofrece numerosas actividades para los amantes del deporte: desde el windsurf hasta el kayak, pasando por el buceo y la vela, Otranto es una localidad que nunca defrauda, capaz de ofrecer a los visitantes una experiencia única e inolvidable.
Gallipoli: La ciudad bella
Definida como la «Perla del Jónico», Gallipoli es una encantadora ciudad portuaria que ya era importante en la época de los romanos. Los múltiples tesoros históricos y culturales hacen del centro histórico de Gallipoli, con sus calles empedradas que ascienden a la colina y sus famosas torres de vigilancia, un lugar que no debes perderte. La catedral de Sant'Agata destaca entre las bellezas arquitectónicas de una ciudad milenaria salpicada de numerosas iglesias barrocas. Además de la cultura y el arte del centro histórico, Gallipoli también es famosa por sus playas de ensueño, que se extienden a lo largo de kilómetros y kilómetros de costa. Un mar cristalino de aguas poco profundas y una superficie de arena dorada nos reciben en la playa de la Purità. Un entorno único en el que relajarse al sol, hacer un descanso del ajetreo de la ciudad y disfrutar del relax con la familia o los amigos. Un concentrado de historia, arte y belleza natural, en definitiva, todo ello aderezado con la cálida hospitalidad típica de Apulia, que ha hecho de Gallipoli uno de los destinos turísticos más apreciados de la región.