En Véneto para unas vacaciones de esquí, gastronomía y relax

Si está planeando unas vacaciones que incluyan días de esquí en pleno contacto con la naturaleza, pero los que te acompañan no se sienten precisamente cómodos con los esquís y demás, considera unas vacaciones en el lago de Garda. Con base en Malcesine, te encontrará a orillas del mayor lago de Italia, donde podrás pasar días relajantes yendo de compras en un entorno con mucho encanto. Desde aquí, subiendo con el teleférico Malcesine-Monte Baldo, a un paso del cielo, podrás disfrutar desde las impresionantes pistas nevadas y del panorama único que ofrece el lago de Garda. 

Esquiar con vistas al lago es el valor añadido del Monte Baldo, que también cuenta con atracciones para los niños y donde se ha instalado un Big Air Bag en el que se pueden hacer atrevidas acrobacias en snowboard. En la montaña se te abrirá el apetito, y el área esquiable vista lago te sorprenderá con su amplia variedad de opciones gastronómicas, desde restaurantes de alta calidad donde podrás disfrutar de los sabores de la montaña, hasta quioscos, bares, restaurantes de autoservicio y cafeterías para los que no quieren quitarse los esquís... Si te gustan las raquetas de nieve o si quieres conocer algo nuevo, hay paseos hacia la Madonna della Corona o a la Ermita de San Benigno que ofrecen unas vistas impresionantes.

Considerado el paraíso de los esquiadores de fondo, cuando el invierno cubre de blanco prados, bosques y valles, el municipio de Asiago, enclavado entre picos que varían de 1000 a 2000 metros, acoge a sus huéspedes con 500 km de pistas y nada menos que 6 centros especializados en esquí nórdico. Por supuesto, también encontrarás instalaciones de esquí alpino y pistas para practicar el snowboard o la técnica del Telemark "vintage", que se ha vuelto en auge en los últimos años. Una vez que hayas puesto a prueba tus músculos con los esquís y otros equipos, disfruta de una experiencia relajante y de aventura, optando entre una excursión a caballo o un paseo en trineo tirado por perros. 

Estos medios de transporte "habituales" en la alta montaña crean un vínculo indisoluble entre el hombre y el animal, y en estos lugares han sido capaces de resistir el inevitable avance de la tecnología en la vida cotidiana. Por eso es una experiencia auténtica que permite conocer de cerca realidades impensables para quienes viven en una metrópoli, y no una mera atracción exclusivamente para turistas. Basta decir que en algunos casos se podía viajar en el mismo trineo con el que, desde una de las malghe (cabañas de pastores) distribuidas por las zonas de pastoreo, se enviaba la leche para convertirla en mantequilla o queso, en las lecherías de Asiago y sus alrededores. Entre las diversas delicias gastronómicas que cobran vida en estos lares, destaca naturalmente el Asiago DOP, un queso dulce apreciado en todo el mundo, tanto solo, en su diversa curación, como servido con creatividad por los grandes chefs.

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