Resumen
En otros tiempos hubo un castillo junto al río Brenta. A mediados del siglo XVI, los Contarini lo mandaron rehacer en forma de villa y, poco después, a mediados del siglo XVII, adquirió el aspecto de un verdadero palacio real.
Una avenida en perspectiva, dedicada a la familia Camerini, que en el siglo XIX cuidó de la villa y del pueblo, introduce a la amplia exedra, delimitada por un hemiciclo con pórticos. Inmensas alas balaustradas se extienden desde el cuerpo del edificio principal hasta reunirse por la derecha, a través de un pasaje sobre arcos, con la hospedería que se encuentra más allá de la Roggia Contarina. En el interior destacan las salas superpuestas de la Música o «della Chitarra Rovesciata» (de la Guitarra Invertida) y de las Audiciones, la primera destinada a los instrumentistas y la segunda al público, que se comunican a través de una apertura por la que las notas se difunden con un efecto acústico tremendamente eficaz.
La región del Véneto, propietaria del edificio, destina la villa a conciertos, eventos, exposiciones e iniciativas culturales. El último domingo de cada mes se celebra en la plaza ubicada ante el edificio, en las calles de alrededor y en el antiguo Jutificio Camerini un importante mercado de antigüedades. Un extenso parque, en parte destinado a usos agrícolas, con paseos arbolados, plantas exóticas, viveros de peces y estanques se extiende detrás de la villa.
