Resumen
Hay lugares que saben combinar el encanto de su arquitectura con una historia importante, hecha de grandes y pequeños acontecimientos, y Agliè es uno de ellos. Contado en las obras de Filippo d'Agliè y Guido Gozzano, el pueblo tiene un símbolo claramente reconocible: el Castello Ducale. El edificio, que forma parte del circuito de castillos del Canavese, data del siglo XII y a lo largo de su historia fue la residencia de verano de la familia Saboya. Al contemplarla, uno se fija inmediatamente en su preciosa fachada monumental, con sus dos rampas de acceso, y en los espléndidos jardines italianos e ingleses que la rodean, así como en su parque, embellecido por una hermosa fuente diseñada por los hermanos Collino. Una curiosidad sobre este pueblo: en una de sus aldeas se encontraba una de las fábricas de Olivetti, donde se producía la famosa máquina de escribir Lettera 22.