Resumen
La Tumba de Julieta, ya conocida en el siglo XVI, se convirtió en destino de peregrinaciones sentimentales a partir del siglo XVIII. En 1938, el sarcófago de mármol rojo, originalmente ubicado en el jardín del convento de San Francesco al Corso, fue colocado por Antonio Avena en una cripta especialmente creada en el claustro. En 1973, bajo la dirección de Licisco Magagnato, el lugar se valorizó con la apertura del Museo de los Frescos dedicado a Giovanni Battista Cavalcaselle.
El museo conserva frescos de los siglos X y XII provenientes del sacello de San Michele, los arcos de Altichiero del Palazzo della Provincia, murales de Bernardino India y Domenico Brusasorzi de Palazzo Fiorio della Seta, y obras de Paolo Farinati de Casa Guarienti. En el sótano se conservan numerosas ánforas romanas datadas entre el siglo I a.C. y el siglo I d.C.
La Casa de Julieta se encuentra en el centro de la ciudad, en un edificio que ya en 1351 era la posada de la familia veronesa Cappello, como lo demuestra el sombrero tallado en la clave de arco del patio. El complejo comenzó a ser identificado como la casa de Julieta Capuleti a finales del siglo XVIII, convirtiéndose en un lugar de peregrinación para los viajeros fascinados por la trágica historia de amor, escrita por Luigi da Porto en 1531 y popularizada por la tragedia de Shakespeare en 1596. En 1939, Antonio Avena acondicionó la casa al estilo medieval para evocar la vivienda de la heroína shakespeariana e instaló en la fachada el famoso balcón, usando partes de un balcón del siglo XIV.