En 1990, se creó el Museo Parroquial de Arte Sacro, que conserva algunas de las obras de arte más interesantes de la iglesia parroquial y las capillas, que datan de los siglos XV al XIX. Entre las obras más destacadas se encuentran la espléndida estatua de madera de san Pedro y la cruz procesional de lámina de plata, ambas del siglo XV.