Decimotercera etapa del Giro de Italia 2023: de Borgofranco d'Ivrea a Crans Montana
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Nos adentramos cada vez más en el corazón de la carrera, al acercarnos a la fase final de la segunda semana del Giro de Italia 2023. La decimotercera etapa será una de las más duras, con 199 kilómetros y más de 5100 metros de desnivel.
La salida será llana durante unos kilómetros, luego se superará Aosta hasta el túnel de San Bernardo, una alternativa al paso de San Bernardo elegida por la organización del Giro para ofrecer mayor seguridad a los ciclistas, dadas las copiosas nevadas de los últimos días.
La carrera atravesará Borgofranco d'Ivrea, un pequeño pueblo del Piamonte muy antiguo; atravesado por la vía de las Galias, calzada romana que comunicaba la llanura Padana con la Galia, pasó a ser un puesto de avanzada en el siglo XIII por voluntad del marqués de Monferrato y del obispo de Ivrea, además de un cruce para los peregrinos que recorrían la vía Francígena en su camino a Roma. A lo largo de los siglos ha sufrido diversas transformaciones hasta convertirse en el precioso pueblo que es hoy en día.
El territorio está atravesado por el Dora Baltea, un afluente del Po, y en las orillas es posible ver cómo la vida rural todavía está arraigada en los habitantes de este lugar; de hecho, en Borgofranco todavía están presentes las típicas casas de antaño de dos o tres pisos, con amplios arcos que servían de establos y depósitos para el heno en la planta baja.
Cómo no hablar de los «balmetti», las características «bodegas» de piedra excavadas en el macizo del Mambarone, que gracias a un fenómeno natural que provoca la fuga de corrientes de aire desde el interior de la montaña, hace que estos lugares sean perfectos para el almacenamiento de vinos y quesos, una práctica que se remonta a principios del siglo XII.
Atravesando el pueblo y alejándose un poco del centro urbano, es posible dar paseos inmersos en una naturaleza virgen. Se puede recorrer la antigua vía Francígena, a pie o en bicicleta, o bien hacer «trekking» en bosques donde antiguamente era posible encontrar granjas, molinos y caseríos, así como realizar varias excursiones organizadas en grupo o en solitario, con una degustación a la llegada.
La acogida de la población de Borgofranco se observa también en la cantidad de productos que ofrecen a quien visita este espléndido lugar: los excepcionales quesos «toma del balmetto» y «maccagno del balmetto», las tortitas de saúco, la tarta de cardos y los excelentes «canestrelli», unas pastas secas de cacao o con un intenso aroma de limón.
Dejando atrás Borgofranco d'Ivrea, nos acercamos a Bard, un pequeño pueblo con poco más de 100 habitantes enclavado en las laderas de un promontorio rocoso y dominado por una fortaleza con el mismo nombre. El Fuerte de Bard es una construcción fascinante que se eleva majestuosa sobre una colina. Formado por 3 cuerpos colocados a diferentes alturas, se encuentra en una posición estratégica que tenía como objetivo defender el Valle de Aosta de los ataques de los pueblos vecinos.
Edificado en la época prerromana, después perteneció al vizconde de Aosta, Boso, hasta la mitad del siglo XII, para más tarde pasar a los Saboya, quienes lo habitaron durante unos 6 siglos. Hoy el fuerte es un centro museístico e incluye el Museo de los Alpes, que, con un recorrido interactivo, ilustra la montaña, tanto en lo que se refiere a su aspecto cultural como al geográfico y naturalista, el Museo de las Fortificaciones y de las Fronteras, donde se reproducen a escala maquetas que reconstruyen ambientaciones históricas con miniaturas de ejércitos y armas acompañados de filmaciones, y las prisiones del Fuerte, donde recorrer la historia del asedio por parte de Napoleón en el año 1800.
La carrera continúa atravesando no pocos obstáculos, con una pendiente durante el resto de la ruta del 5 % al 13 %. A continuación, siguen 30 kilómetros de descenso hasta llegar a Suiza, donde tiene lugar la etapa final.
El podio de la etapa
Los besos de dama del chef Enrico Croatti para saborear el Piamonte
Los besos de dama son una receta tradicional de la gastronomía del Piamonte y también se pueden degustar en clave contemporánea gracias a unos ingredientes atemporales.