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Arte y cultura
Provincias de Bérgamo y Brescia

Entre el pasado y el presente: ruta de los molinos de Bérgamo y Brescia

Tipología
car route
Duración
4 días
Número de etapas
4
Dificultad
Fácil

El itinerario de los molinos, gracias a la cultura campesina, crea un hilo conductor que une los territorios montañosos de las provincias de Bérgamo y Brescia, bajo el perfil historicoantropológico, geoeconómico y gastronómico. El redescubrimiento de antiguos oficios que se creían perdidos y la atención a la calidad sostenible de los productos y de sus derivados han creado una nueva cultura centrada en poner en valor el pasado con la mirada de la modernidad que atrae al viajero interesado en el «slow tourism» y en la búsqueda de experiencias.

Molino de Baresi - Roncobello

Molino de Baresi - Roncobello

Roncobello se encuentra en Valsecca. El nombre ronco deriva de los abetos verdes del territorio, mientras que el adjetivo bello se lo atribuyó Víctor Manuel II, fascinado por su belleza. Aquí se puede visitar el molino del siglo XVII Gervasoni di Baresi, integrado en el sugerente paisaje de los Prealpes Bergamascos, en Val Brembana. El molino permaneció activo hasta 1996 gracias al molinero Maurizio Gervasoni.

Al llegar a la localidad de Oro di Baresi, en la última casa encontrarás precisamente la de la familia Gervasoni que, desde lo alto, parece vigilar el molino que se encuentra a 200 metros de aquí. Desde el siglo XVII, gracias al molino, la familia obtuvo los productos necesarios para su subsistencia: harina amarilla y blanca, mijo y aceite de nueces de uso alimentario.

El sitio, que corría el riesgo de deteriorarse, fue, en 2003, el segundo bien más votado entre los «Lugares del Corazón» del FAI, que en 2005 se lo compró a los propietarios, gracias a una donación de Intesa San Paolo, y lo restauró.

La pieza más importante de todo el complejo es la prensa para el triturado de las nueces, que permitía obtener aceite de nuez, que servía de alimento para las personas y los animales y para la iluminación.

Dentro del molino se encuentran los restos de las ruedas de piedra o de madera y algunos brazos del teleférico que se utilizaba para hacer llegar al molino leña y herramientas de trabajo para el mallo y la muela. Un local adyacente al principal albergaba una instalación donde se procesaba la leche.

También Valtorta, a la entrada del pueblo, junto al arroyo Grobia, tiene un molino visitable que se utilizaba como mallo y como muela.

El Mulino Bianco es hoy el Museo Le Macine de Castione della Presolana

El Mulino Bianco es hoy el Museo Le Macine de Castione della Presolana

Castione della Presolana es un pequeño pueblo montañés en el Valle Seriana, donde el turismo se ha desarrollado considerablemente desde principios del siglo XX.

Tranquilo e inmerso en la naturaleza, Castione es el destino ideal para familias con niños y para las personas mayores; tiene un centro animado caracterizado por sus numerosas tiendas, aunque también son frecuentes las áreas repletas de vegetación. Para mantener la estética original del pueblo, el Ayuntamiento ha emitido un PGT (plan de gobierno del territorio) con reglas muy estrictas: los materiales de construcción, incluidas las reformas, son exclusivamente la madera y la piedra.

No muy lejos del centro se encuentra el Valle dei Mulini, lugar de asentamientos humanos desde la prehistoria. El valle, encajado entre paredes escarpadas, recibe su nombre de la presencia secular de numerosos molinos, ahora casi desaparecidos; un arroyo que lo atraviesa ha ido creando cañones y elevados acantilados rocosos famosos entre los amantes de la escalada deportiva. Desde aquí parten senderos con diferentes grados de dificultad.

El Mulino Bianco, erigido en el siglo XVI y activo hasta el final de los años 60, tras su restauración, se transformó en el Museo Le Macine. Su recuperación es obra del actual propietario, que se ocupa de mantenerlo y que colecciona con pasión objetos y herramientas ligados a las tradiciones. En la planta inferior se encuentran los engranajes de las muelas que trabajaban el trigo y el maíz.

El Parco dei Mulini - Cerete

El Parco dei Mulini - Cerete

Cerete se encuentra en el cruce entre Val Seriana y Val Cavallina y lo atraviesa el arroyo Borlezza. El pueblo se divide en tres aldeas: Cerete Alto, Cerete Basso y Novezio.

El Ecomuseo Val Borlezza es una institución cultural que tiene como objetivo reconstruir, ilustrar y mejorar la transformación y los ambientes de la vida y del trabajo locales. La presencia abundante de agua permitió, en siglos pasados, que proliferasen las actividades artesanales, sobre todo los aserraderos, la molienda de cereales, el abatanado de la lana y las fraguas.

Entre los recorridos propuestos está el de los molinos: los ancianos del lugar recuerdan al menos ocho diseminados a lo largo del curso de los arroyos Cula y Borlezza. Parte del aparcamiento en las proximidades del cementerio y se dirige hacia el centro del pueblo. Las indicaciones llevan al Pestù, un molino específico para la producción del tanino, una sustancia que sirve para curtir pieles; el camino continúa hasta llegar a los hornos de tierra cruda, a las muelas para los diferentes tipos de cereales y, por último, al Antico Mulino Giudici Pietro, uno de los pocos que siguen activos, todo de piedra y alimentado con agua.

Construido probablemente en el siglo XVI, es el símbolo de la historia de este pueblo y representa uno de los lugares de interés más famosos de Val Borlezza y de Bérgamo.

Actualmente lo gestiona Flavio Vecchi, quien se lo compró a la familia Giudici, para proseguir con su pasión por los cereales y su elaboración.

A lo largo de los siglos, la actividad agrícola en el territorio ha cambiado profundamente: se ha pasado de la de subsistencia, apoyada por la ganadería tradicional, a una de mercado y, hoy, a una dirigida a la sostenibilidad y a la protección de la biodiversidad a través de la salvaguardia de las semillas antiguas.

En el Molino de Cerete se muelen espelta, trigo y avena, cultivados de forma ecológica para elevar la calidad y conservar sus características nutricionales.

La apuesta del señor Vecchi, en realidad, es una verdadera «revolución cultural» en la que participan adultos y niños al redescubrir el molino y las antiguas tradiciones de la molienda con actividades experienciales y didácticas específicas.

Las harinas se pueden comprar en la tienda contigua, pero también se pueden encontrar en los GAS, grupos de compra solidaria

Para completar el recorrido hay que visitar el MaCer, el Museo de los Molinos, de la Molienda y de los Cereales, inaugurado en 2018 por la asociación La Sorgente y en el interior de la antigua iglesia de San Rocco. En la exposición se encuentran reconstrucciones de muelas de la Edad de Piedra y de maquinarias de época todavía en funcionamiento.

El molino de Bienno

El molino de Bienno

El nombre originario de Bienno deriva de bhu, tierra, y de «ennus», curso de agua; así surge Buennum, «torrente de las minas».

Ya en el siglo I d. C. había testimonios de la elaboración del hierro con yunque y martillo, pero no con agua y martinete. No fue hasta el siglo X cuando los benedictinos introdujeron los molinos y la rueda de paletas. El siglo XV, después de la peste que en 1348 afectó a todos los pueblos de la Val Camonica, incluido Bienno, llegó el siglo del Renacimiento: el pueblo se enriqueció y se embelleció gracias a monumentos, residencias y torres. De todo ello quedan numerosos rastros y evidencias tangibles.

La dominación veneciana, que terminó a finales de 1700, mejoró las habilidades de los herreros de la Val Camonica para producir armas y herramientas de diversos tipos. El 7 de julio de 1634 un imponente desprendimiento hizo que el arroyo Grigna se desbordase, lo que afectó a todo el valle; en particular, en Bienno se derrumbó el puente del Dosso y fueron arrastradas 28 casas con otras tantas fraguas. La República de Venecia ayudó a la comunidad local en la reconstrucción reconociendo el valor de la «ferrarezza».

El molino de Bienno, en su día utilizado para moler el trigo de los habitantes del pueblo, se remonta al 1400 y hoy es una propiedad municipal.

Se divide en tres plantas: la planta baja está ocupada por máquinas, mientras que en las dos plantas superiores se pueden visitar la casa del molinero, que está bien conservada, y el museo de la vida campesina. Aquí el visitante se acerca a un mundo de otros tiempos caracterizado por la cría de ganado, la producción de leche, la fruticultura y la horticultura, la apicultura, la producción de lana y mucho más...

Dentro del molino se pueden comprar productos de la molienda.

En 2008, el municipio de Bienno se convirtió en uno de «Los pueblos más bonitos de Italia» y pasó a formar parte del «Touring Club Italiano: Bandera Naranja».

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