Cosenza: el antiguo orgullo de la Atenas de Italia

Conocida como la Atenas de Italia por ser el lugar de nacimiento de Parrasio y Telesio, dos de los eruditos cosentinos por los que la ciudad fue ilustre en el mundo de la cultura, Cosenza fue dominio primero lombardo y luego bizantino, bajo el nombre de Constantia, y más tarde normando. 

A la vanguardia en el campo de las actividades económicas y una de las ciudades más importantes de Calabria, Cosenza ocupa un lugar destacado en el sector cultural y artístico. La Academia Cosentina, fundada por el humanista Parrasio a principios del siglo XVI y de la que formó parte Bernardino Telesio, el filósofo de la naturaleza, continúa su obra cultural en la Universidad de Calabria, la universidad estatal más grande de la región y el primer campus universitario de Italia.

Nacida como capital de los brucios en la ladera de la colina Pancrazio, la ciudad vieja se encuentra a orillas del Crati y, entre sus callejuelas, nos cuenta su larga historia cargada de atmósferas medievales. El centro histórico, uno de los más bellos y antiguos, con edificios monumentales, palacios e iglesias y surcado por callejones estrechos y sinuosos, está adquiriendo una gran vitalidad en los últimos años. Debajo de él, en la llanura, la ciudad nueva se amplió a partir de las últimas décadas del siglo XIX siguiendo una trama regular.

El teatro Alfonso Rendano, el histórico Cinema Teatro Italia y el teatro Stabile d'Innovazione de Calabria son los centros propulsores de las numerosas iniciativas teatrales que dinamizan la vida cultural de la ciudad. El centro cultural de la ciudad es el Museo dei Brettii e degli Enotri, ubicado desde 2009 en el complejo monumental del siglo XV de Sant'Agostino. Una gran cúpula caracteriza el nuevo Museo della Scienza e Planetario dedicado a Giovan Battista Amico, astrónomo y estudioso cosentino del siglo XVI. El fuerte germen cultural de Cosenza viene reafirmado por el magnífico Museo all'Aperto Bilotti, con las numerosas reproducciones de obras de arte que se encuentran a lo largo de Corso Mazzini, la principal avenida de la ciudad.

El territorio de Cosenza, que se extiende desde los casi 2000 metros de la meseta de la Sila Grande hasta las bellezas legendarias de las costas tirrénicas y jónicas, se caracteriza por numerosos emplazamientos artísticos y culturales y zonas muy diferentes entre sí, únicas por su belleza paisajística. Una rica biodiversidad caracteriza las amplias zonas del parque nacional de la Sila y el parque del Pollino, que ofrece numerosas actividades de ocio y vacacionales tanto en los meses de verano como de invierno. Los más de 230 kilómetros de costa, distribuidos entre el mar Tirreno y el Jónico, son conocidos por la belleza del litoral y la diversidad de los paisajes.

Situado entre el palacio arzobispal y la iglesia catedral, el Museo Diocesano de Cosenza actúa como un vínculo ideal entre la historia de ayer y la de hoy y es el alma del proyecto de revisión del pasado y descubrimiento del presente. En las diversas salas del museo se encuentran numerosas obras procedentes de algunas iglesias de la diócesis, entre ellas el bellísimo políptico de la «Anunciación» (1545) de la iglesia de Turzano, hoy Borgo Partenope. Lienzos, objetos de plata, ornamentos litúrgicos y muchos objetos preciosos, como el cáliz «del papa», una gran obra de plata y filigrana procedente de Marano Marchesato, dos estatuillas de marfil atribuidas a la escuela de Miguel Ángel y el cáliz vítreo de Celico del siglo XVI. Conservada en la sala semicircular, la Stauroteca, o cruz relicario, que según la tradición fue donada por Federico II de Suabia con motivo de la consagración de la catedral en 1222, es quizás la obra más valiosa del museo. Realizada en el siglo XII en oro repujado, filigrana de «vermicelli», esmalte, adamantina y cristal de roca, se ha convertido en el emblema de la ciudad. También son de gran valor el cáliz Torquemada del siglo XV, los iconos del siglo XVI, los lienzos de los siglos XVII y XVIII, y parte del rico tesoro de la Madonna del Pilerio, protectora de la ciudad y de la archidiócesis. En la pinacoteca, junto a los sugerentes lienzos marianos de Giuseppe Pascaletti (siglo XVIII), dominan el espléndido lienzo de la «Inmaculada» de Luca Giordano (siglo XVII) y el precioso «San Genaro» de Andrea Vaccaro (siglo XVII).

La catedral de Cosenza es uno de los edificios sagrados más conocidos y particulares del sur de Italia. Declarado «Patrimonio testigo de una cultura de paz» por la Unesco en 2011, el edificio y su plaza han actuado como epicentro y han sido testigos de la historia y la vida de la ciudad. Aunque se desconocen sus orígenes, los estudios realizados a finales de los años 40 del siglo XX sitúan la obra a mediados del siglo XI.

La fachada tripartita, que anuncia la división interna en tres naves y está dominada por un antiguo rosetón y por otros dos más pequeños que ornamentan las portadas, describe plenamente la pertenencia al estilo gótico cisterciense que también se puede ver en la abadía florense de San Giovanni in Fiore. La sencillez del interior se ve potenciada por las numerosas capillas y monumentos: la capilla de la Madonna del Pilerio, con la pintura sobre tabla del mismo nombre, que representa una de las producciones artísticas más destacadas del movimiento artístico y cultural de la época; la capilla de la archicofradía Orazione e Morte; el monumento fúnebre de Isabel de Aragón situado en el transepto, una escultura conocida por ser uno de los primeros ejemplos del gótico francés en Italia; y el precioso crucificado de madera del siglo XV procedente de la capilla de la familia Telesio, con su evidente expresividad gótica tardía.

El descubrimiento, en una antigua capilla, de algunos fragmentos del pavimento original de la época suaba nos lleva a la hipótesis de que, en el momento de su fundación, la catedral, además de estar completamente pintada con frescos, estaba pavimentada con mosaicos, como el Patirion de Rossano y la iglesia de Sant'Adriano de San Demetrio in Corone.

Creado en 2006 y enriquecido con nuevas obras en los años posteriores, el MAB es una verdadera galería de arte al aire libre. Único en el panorama artístico del sur de Italia, nació gracias a la voluntad de la familia Bilotti: varias obras de arte moderno y contemporáneo de artistas de fama nacional e internacional enriquecen la principal arteria comercial de la ciudad. Obras del francés Sasha Sosno (Le tre colonne doriche, I bronzi di Riace, Il sette di cuori), de Giorgio De Chirico (Il Grande Metafisico, Gli Archeologi, Ettore e Andromaca), de Giacomo Manzù (Il Grande Cardinale, La testa di Medusa) y de Salvador Dalí (el bellísimo grupo de bronce «San Jorge y el dragón») acompañan las obras del artista de Catabzaro Mimmo Rotella: el bronce Rinascita della Cultura y el macizo Lupo della Sila en mármol travertino verde.

Completan el recorrido por el museo La Grande Bagnante de Emilio Greco, símbolo de belleza femenina, las obras de Pietro Consagra (Il Ferro Rosso, I quattro paracarri, La Bifrontale) y la reciente Testa di Cariatide de Modigliani.

Construido sobre la colina Pancrazio, el castillo normando-suabo es el principal monumento de la ciudad. Erigido probablemente por los sarracenos sobre las ruinas de la antigua fortaleza brucia, fue restaurado por Roger II en 1130 y, después del funesto terremoto de 1184 que lo dejó completamente inutilizable, fue renovado por orden de Federico II de Suabia (Stupor Mundi) que, en 1239, añadió la torre octogonal. La visita al castillo es sin duda una experiencia única: el corredor angevino, que antaño delimitaba el amplio patio del castillo desde la sala de armas, la llamada sala del trono y las murallas del siglo XIX introducen en las ruinas de la iglesia y del convento de los capuchinos, visibles junto a la mansión.

Dedicado al pianista Alfonso Rendano, el teatro tiene sus raíces en el Renacimiento y da testimonio del profundo fermento cultural que siempre caracterizó a la ciudad de Cosenza hasta el siglo XIX. Construido de acuerdo con el proyecto del arquitecto Zumpano en 1887 y terminado en 1909, se inauguró ese mismo año con la representación de «Aida» de Verdi. El edificio, de estilo neoclásico y fachada de estilo ecléctico umbertino, fue fuertemente criticado por la costosa ostentación de la soirée y los elegantes baños para las señoras de la alta burguesía y la aristocracia de la ciudad.  Desde el pórtico, finamente decorado con almohadillado liso y lesenas, se accede al interior. Originalmente decorado con pinturas y estucos, destruidos durante los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, el teatro cuenta con ochocientos asientos distribuidos en tres órdenes de palcos dispuestos en forma de herradura. 

El profundo escenario, preparado para espectáculos líricos y teatrales, para conciertos sinfónicos, espectáculos de danza y conferencias, está cerrado por el antiguo e histórico telón, obra del napolitano Paolo Vetri, que ilustra la llegada a la ciudad del duque de Calabria Luis III de Anjou y Margarita de Saboya. 

Centro de las actividades artísticas de toda la región, el Rendano sigue satisfaciendo la demanda de un público cada vez más exigente y numeroso.

Un gran vestíbulo con bóveda de cañón, decorado con el escudo del Reino de Nápoles, da acceso a la Galleria Nazionale situada en el prestigioso palacio Arnone. La colección, que en los años 80 fue adquirida por el patrimonio del Estado,  documenta los momentos más significativos del arte italiano, centrando la atención en el sur, desde el siglo XVI hasta el siglo XX: Mattia Preti, Sebastiano Conca, Pietro Negroni, Corrado Giaquinto, Luca Giordano y Umberto Boccioni son solo algunos de los artistas que enriquecen la galería con importantes obras de gran valor.

Centro cultural de gran interés, el Museo dei Brettii e degli Enotri, además de exhibir una rica colección arqueológica, también alberga exposiciones temporales, conciertos y reuniones institucionales. La combinación de arte,  arqueología y herramientas didácticas, incluidas las digitales, permite al visitante vivir la cultura de una manera innovadora y agradable, en una atmósfera cautivadora en la que la arqueología de Calabria está a disposición de quienes deseen descubrir los antiguos orígenes de este territorio. La vasta colección arqueológica alojada en las instalaciones, procedente de las excavaciones de la ciudad y de diferentes localidades de la provincia, abarca un amplio arco cronológico. El núcleo principal está formado por el ajuar funerario de la vasta necrópolis de Torre Mordillo, un centro urbano de la época protohistórica que dominaba la llanura de Síbaris y que decayó con la llegada de los sibaritas (720 a. C.).  Otros hallazgos importantes, descubiertos en el municipio de Corigliano Calabro, datan de la época colonial griega posterior y atestiguan la existencia de un lugar de culto extraurbano posiblemente dedicado a una divinidad femenina, que se considera uno de los más antiguos de la zona sibarita. La última adquisición data de la época romana de la ciudad: una elegante estela funeraria que representa el documento epigráfico más interesante hallado en excavaciones urbanas. En el segundo piso del museo, una colección de documentos y reliquias relacionados con la historia del Risorgimento en la ciudad está bien conectada con el complejo de Sant'Agostino: en ese momento prisión borbónica, fue probablemente el último lugar en encarcelamiento de los hermanos Attilio y Emilio Bandiera, antes de su ejecución en el cercano valle de Rovito.

Convertido desde hace pocos años en un elemento característico del skylineurbano, el impresionante puente Calatrava conecta dos zonas de Cosenza divididas por el río Crati, en la parte sureste de la ciudad. Diseñado por el famoso arquitecto Santiago Calatrava, está considerado el puente colgante atirantado más alto de Europa: todos los cables de acero que sostienen el tablero de la carretera parten del único pilón inclinado de 104 metros de altura. Con el objetivo de evocar la forma de un arpa gigante, símbolo de la armonía, la obra, dedicada a san Francisco de Paula, se considera una de las más importantes del sur de Italia y recuerda a otras dos obras del mismo arquitecto: Sevilla en 1992 y California en 2004.

Además de las bellezas paisajísticas, históricas y artísticas, Cosenza conserva un rico patrimonio gastronómico que lleva a la mesa especialidades sencillas y aromatizadas con numerosas especias. «Fusilli», pasta y patatas ara tijeddra, patatas y pipareddre (pimientos) fritos, brócoli de nabo y salchicha, «lagane» y «ciciari» (tallarines anchos y garbanzos) se acompañan de vinos, generalmente de alta graduación, tintos y blancos. Los dulces típicos, relacionados sobre todo con las festividades religiosas, son una experiencia única para todos los paladares: «mostaccioli di san Giuseppe», «focacce» a base de miel de abejas o de higos, mosto cocido, harina y almendras, cuyas formas típicas derivan de las antiguas ofrendas a las divinidades, son algunos de los productos que ofrece la tradición cosentina. Merecen una mención aparte las recetas relacionadas con el periodo navideño: cuddrurieddri, rosquillas saladas, turididdri y scaliddre, que han entrado por derecho propio en la cultura cosentina, se distribuyen a lo largo de las principales calles de la ciudad mediante puestos especiales de finger food.