Situado en la vertiente lucana del parque del Pollino, San Costantino Albanese está inmerso en una zona plagada de bosques. Lugar rico en historia, el pueblo ofrece la posibilidad de admirar unas vistas impresionantes. En Tumbarino, punto panorámico del municipio, es posible admirar el valle Rubbio, con sus bosques de diversas especias de robles y acebos, o emprender senderos que llegan a lugares de gran interés para los excursionistas, como el manantial de Catusa, rodeado de hayas centenarias, o Timpa di Pietrasasso, un gran saliente de roca basáltica que se eleva hacia el cielo. Una amplia zona con servicios en la cercana localidad de Acquafredda permite admirar el paisaje que va desde el monte Caramola hasta los valles del Sinni y del Rubbio.
San Costantino Albanese cuenta con un patrimonio religioso de gran interés. La parroquia de San Costantino ed Elena, de estilo barroco, se encuentra en la plaza principal del pueblo. Su portada está ornamentada con azulejos que representan al santo, a san Pedro y a san Pablo. Conserva en su interior un baptisterio de cobre rojo y varias pinturas realizadas entre los siglos XVI y XVIII. El símbolo del pueblo es quizás el santuario de Santa Maria della Stella, protectora de San Costantino Albanese. Construido en el siglo XVII sobre un edificio bizantino preexistente de los siglos X-XI, conserva frescos que datan del siglo XVII atribuidos a Belisario Corinzio, una pintura que representa a la Madonna della Stella y un precioso altar barroco. El territorio de los alrededores también contiene tesoros del arte, la historia y la cultura: en la localidad de Lupariello se pueden admirar los restos del monasterio señorial de Santa Maria della Saectara, mientras que en la localidad de Acquafredda se encuentra la capilla de la Madonna della Conselva.
Participar en las celebraciones en honor a la Madonna della Stella en la segunda semana del mes de mayo es una oportunidad única para sumergirse en la cultura de este pueblo. Durante la procesión dedicada a la Virgen se repite un antiguo rito, los nusazit, en el que unos muñecos de papel maché que representan a tamaño natural a los recién casados (nusazit) se hacen explotar con petardos.
Para los amantes de la aventura no puede faltar la experiencia única del Volo dell'Aquila (Vuelo del Águila): recorrer un cable de acero de 984 metros de longitud con un ala delta, con capacidad para hasta cuatro pasajeros, que alcanza una velocidad de descenso de 80 km/h. Una experiencia única para disfrutar desde lo alto de las maravillas paisajísticas que ofrece el parque nacional del Pollino.