Resumen
Podrás divisar este enclave desde lejos: aquí hay que venir a propósito, no es exactamente un lugar de paso ni está en el camino hacia algún otro destino. Rodeada por un denso bosque, en el pasado refugio de bandidos, Forenza es hoy un encantador y tranquilo pueblo encaramado a una roca. Cubierta de nieve en invierno, en primavera se ve sobrevolada por bandadas de golondrinas que parecen casi rozarte la cabeza: un lugar fresco en veranoy sugerente en otoño que atesora los colores, los aromas y los sabores del bosque.
En cualquier época del año siempre se respira la atmósfera de tiempos pasados. Disfrutarás de las vistas que ofrecen las callejuelas de piedra, todas abiertas a unas fantásticas panorámicas, de las salidas abiertas de las casas bajas desde las que, en verano, se difunden los aromas de las cocinas, o el olor de las chimeneas encendidas cuando la temperatura desciende mucho. Podrás visitar las tiendas donde ir a hacer la compra (de frutas, verduras y productos locales, como pasta fresca, quesos, salchichas, «peperoni cruschi» o setas «cardoncelli» en temporada). Una oportunidad para dar un paseo y estar de charleta con los lugareños, y en verano también con los turistas, que se acercan a la plazoleta principal para tomar un café en un bar y luego el helado en el de enfrente para no ofender ni a uno ni a otro... o mejor dicho, para complacer tanto a uno como a otro.
Antes de salir del pueblo, como recuerdo y para deleitar tu paladar, te sugerimos que compres el «provolone» (dulce o picante), el preciado «pecorino de Forenza» o incluso las salchichas artesanales, entre otros productos. Un sabroso recuerdo de este lugar.
85023 Forenza PZ, Italia