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Bérgamo y Brescia Capital Italiana de la Cultura 2023

Prócida ya les ha pasado el testigo: este año, Bérgamo y Brescia compartirán el título de Capital Italiana de la Cultura 2023. Las dos capitales lombardas manifiestan la voluntad de su renacimiento por medio del proyecto "La ciudad iluminada", que pretende relanzar su territorio poniendo la cultura como su objetivo primordial.
Todo sobre la iniciativa

Qué significa ser Capital Italiana de la Cultura

Convertirse en Capital italiana de la Cultura permite promover el desarrollo de la propia ciudad a través de su patrimonio artístico, convirtiéndolo en el motor de crecimiento de toda la comunidad.

El objetivo de la iniciativa es apoyar a estas ciudades italianas basándose en el campo de la cultura, decisivo para mejorar la cohesión social, la integración, la innovación, el desarrollo económico y el bienestar tanto individual como colectivo.

Brescia y Bérgamo fueron seleccionadas por su riqueza cultural única, a descubrir a lo largo de un año de eventos imprescindibles, tales como exposiciones, conciertos, festivales y espectáculos teatrales. 

Plaza Paolo VI en Brescia
El proyecto

Dos ciudades y una única Capital Italiana de la Cultura 2023

Fueron precisamente Bérgamo y Brescia las ciudades que solicitaron dar vida conjuntamente a una única capital. “La ciudad iluminada" es el tema conductor de un programa de iniciativas y actos a lo largo de todo el año, con las luces de la cultura encendidas. El programa se va a dividir en cuatro áreas temáticas: la ciudad de la naturaleza, la ciudad de los tesoros ocultos, la ciudad que inventa y la cultura como desarrollo.

El proyecto nació con el sello de esperanza, orgullo y revitalización de dos ciudades separadas sólo por 40 minutos en coche. Para poder realizarlo se convocó a universidades, asociaciones artesanales, centros educativos y de turismo, organizaciones medioambientales y de servicios, empresas creativas y relacionadas con el mundo de la enogastronomía. 

Plaza Vieja en Bérgamo
Arte y cultura

Lugares de visita obligada

Bérgamo y Brescia han combinado sus respectivos tesoros para realzar un impresionante conjunto artístico y cultural.

Uno de los símbolos de Brescia capital de la cultura es su Castillo, una fortaleza medieval encaramada en la colina Cidneo, que se alza cerca del centro de la ciudad y que ahora es la sede del Museo de las Armas "Luigi Marzoli" y del primer observatorio astronómico público de Italia.

El corazón palpitante de Bérgamo capital de la cultura es la Piazza Vecchia, en la Ciudad Alta, perfecta para tomar un café y probar el postre típico, polenta e osèi (bizcocho borracho). Allí podréis admirar la Fontana Contarini, visitar el Palazzo della Ragione, el Palazzo del Podestà, la Biblioteca Angelo Mai y la Torre Cívica.

Los tesoros artísticos y arquitectónicos no acaban aquí: constituyen visitas obligadas el Teatro Grande de Brescia y la Academia Carrara de Bérgamo. Y después aún hay más: la Basílica de Santa Maria Maggiore o el Santuario de Santa Maria delle Grazie en Brescia.

Basílica de Santa María la Mayor de Bérgamo
Patrimonio histórico

Lugares Patrimonio de la Humanidad, plazas y fortalezas

Es imposible hablar de Bérgamo y Brescia sin mencionar sus lugares declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Bérgamo se enorgullece de tener las Murallas venecianas, , mientras que Brescia custodia el Parque Arqueológico Brixia; que junto con el complejo monástico de San Salvatore - Santa Giulia es la mayor zona arqueológica romana del norte de Italia.

También las plazas de estas ciudades sintetizan siglos de historia y arquitectura: tesoros como la Piazza della Vittoria o Piazza del Foro, Piazza della Loggia o Piazza Paolo VI en Brescia y Piazza Dante, Piazza Pontida, Piazza Vittorio Veneto, a las que se suman el Sentierone y el Centro Piacentiniano en Bérgamo. Por último, no hay que olvidarse de las fortalezas, desde el Castillo a las Torres de Hércules y della Pallata en Brescia, y las de San Vigilio y la Rocca en Bérgamo.

Templo Capitolino de Brescia
Enogastronomía

Entre comida y burbujas

En el viaje a la Capital Italiana de la Cultura 2023 también podréis satisfacer al paladar: desde los quesos DOP del Valle de los Quesos a los apreciados vinos y espumosos de la Franciacorta, pasando por los casoncelli (raviolis de carne), la deliciosa pasta rellena.

Gracias a sus especialidades, vinos y licores, quesos típicos, aceite, trufas, pescado de lago y caviar, Brescia y Bérgamo, junto con Cremona y Mantua, han sido nombradas Región Europea de la Gastronomía 2017.

Bérgamo, gracias a sus 30 quesos tradicionales, entre ellos 9 DOP y 3 de fabricación lenta, ostenta el título de Capital europea de los quesos. Pero en sus mesas también podemos encontrar polenta (puré de harina de maíz), embutidos, vino y cervezas artesanas. Y no os olvidéis del helado de stracciatella (virutas de chocolate), inventado aquí mismo. En 2019, Bérgamo recibió el premio de la Unesco como Ciudad Creativa de la Gastronomía.

Paisaje de Franciacorta
Green & outdoor

Rutas inmersivas en la naturaleza

Los maravillosos paisajes que las rodean hacen de las dos localidades unos destinos muy populares para las excursiones revitalizantes en la naturaleza. Hay muchas excursiones posibles en el territorio a lo largo de una densa red de senderos, que se ramifica entre las montañas con vistas impresionantes, valles, lagos alpinos y bosques.

Por ejemplo, puedes recorrer los célebres senderos escalonados o «Scalette» de Bérgamo o explorar los 15 kilómetros del increíble patrimonio natural del Parque delle Cave, situado al sur de Brescia. Recorriendo los senderos del Parque dei Colli di Bérgamo o por los del bresciano Monte Stino, encontrarás los restos de antiguos caminos de herradura, cuyo pavimento está formado por un sólido empedrado. Se trata de obras en armonía con la naturaleza, un elemento del paisaje que se funde perfectamente con el entorno.

Parque Colli di Bergamo
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UNESCO
Mura Veneziane

Mura Veneziane

Le Mura di Bergamo e le loro quattro porte urbane aperte ai lati della Città Alta sono un’importantissima testimonianza di fortificazione cinquecentesca, identificabile con la “forma urbis” stessa della città e riconosciute nel 2017 dall’Unesco come Patrimonio dell’Umanità tra le “Opere di difesa veneziane tra XVI e XVII secolo. Stato da Terra - Stato de Mar”. Al loro interno si cela una sequenza di vani, con vie d'accesso, camere di manovra e cannoniere. Lungo l'anello di pietra, che forma una sorta di balconata splendidamente panoramica sulla Città Bassa e la pianura, si snoda il viale delle Mura percorribile – è un consiglio – anche a piedi. La cerchia era stata costruita per proteggere la città che dal 1428 al 1797 aveva fatto alla Serenissima da avamposto di terraferma occidentale. Allora Bergamo voleva infatti dire Venezia, a separazione e in rivalità con Milano sul confine marcato dal corso dell’Adda. Le fortificazioni erano state iniziate a metà ’500 senza poi mai subire assedi, e infine, quando nel 1798 al dominio veneziano si erano sostituiti gli Asburgo, considerate militarmente irrilevanti. Nel corso dell’800 porte e spalti subirono trasformazioni: il Comune di Bergamo fece costruire una strada fra Porta S. Giacomo e Porta S. Alessandro, lo sperone sud-occidentale si trasformò in punto panoramico sulla Città Bassa, e nel 1841 di fianco a Porta S. Alessandro si realizzò il piazzale di Colle Aperto: un belvedere sui colli.
Musei e monumenti
Accademia Carrara di Bergamo

Accademia Carrara di Bergamo

La pinacoteca è una delle migliori d’Italia per qualità e per ampiezza di orizzonti storico-culturali, da visitare in un palazzo neoclassico ai piedi di Bergamo Alta perfettamente rimesso in ordine grazie a una serie di lunghi lavori terminati nel 2015. Fondatore dell’Accademia era stato nel 1795 il conte Giacomo Carrara, che aveva donato la sua già splendida collezione d’arte personale. Numerose altre donazioni private avevano ampliato le raccolte sin dal primo ’800, e a loro si è aggiunta a fine ’900 una cinquantina di raffinate sculture lasciate dal grande storico e conoscitore d’arte Federico Zeri. L’Accademia custodisce oggi oltre 1500 opere di pittori italiani ed europei dal ’300 all’800, in particolare di scuola bergamasca, lombarda e veneta ma con interessanti presenze toscane e fiamminghe. Fra i nomi degli artisti esposti spiccano quelli di Antonio e Bartolomeo Vivarini, Bonifacio Bembo (i celebri tarocchi miniati), Pisanello, Vittore Carpaccio (la Nascita di Maria), Sandro Botticelli (un ritratto di Giuliano de’ Medici), Andrea Mantegna (Madonna col Bambino), Giovanni Bellini, Carpaccio, Lorenzo Lotto, i Baschenis delle valli bergamasche, Tiziano (Orfeo ed Euridice), Tintoretto (il ritratto di Gerolamo Venier), El Greco, Giovan Battista Moroni, Fra’ Galgario, Francesco Guardi (una veduta del Rio dei Mendicanti a Venezia), Canaletto (il Canal Grande sempre a Venezia), Bernardo Bellotto, e il veneziano-milanese ottocentesco Francesco Hayez. Ai dipinti si affiancano disegni, stampe, miniature, bronzetti e placchette, medaglie, ceramiche e porcellane, cammei, vetri e armi.
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