Preparar la mochila perfecta para andar en verano por Italia
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Esto lo saben muy bien los peregtinos que deciden pasar sus vacaciones por una de las muchas rutas de senderismo que hay en Italia, estén organizadas o no. Los aficionados al senderismo en Italia lo saben muy bien, ya que aquí encuentran pan para llevarse a la boca y senderos para sus piernas.
Pero, ¿cuál es la mejor manera de equiparse y prepararse para lo que nos deparan los caminos de Italia, especialmente en verano?
La elección de la mochila de senderismo
Antes de que emprendas un viaje, has de elegir muy bien el objetivo principal de la travesía: la mochila de viaje será tu fiel compañera durante todo el trayecto. Por eso, debe ser ligera y resistente, de buena calidad y que te garantice comodidad y poder adaptarla a tu tamaño.
A lo largo del camino, encontrarás días de sol o de lluvia intensa, de calor sofocante o de fuerte viento. Conviene, por lo tanto, protegerla mochila con una funda impermeable y meter todo su contenido en bolsas de plástico o nylon, para que en caso de lluvia intensa y continuada no se vea afectado lo que llevas dentro. Otra precaución para proteger bien la ropa y otros accesorios de posible humedad es dividirlos en partes, cada uno en una bolsa.
Cada camino necesita un peso
Para que tu caminata sea una experiencia inolvidable y no un viaje infernal, debes tener especial cuidado en colocar bien los objetos dentro de la mochila. Es imprescindible no cargar demasiado la espalda y las articulaciones, porque tendrás que dar muchos pasos.
Como máximo, el peso ideal no debe superar los 5 kilos diarios. Si dura 2 o 3 días, una mochila de 10 a 20 litros será más que suficiente. A medida que aumente la longitud del recorrido, tendrás que ir aligerando peso, ya que el esfuerzo que deberás realizar va a ser mayor obviamente.
Si, por ejemplo, decides emprender la Via degli Dei, la ruta que une la ciudad de Bolonia con Florencia atravesando los Apeninos, puedes optar por una mochila de 48 litros. Los 130 km del camino son exigentes en algunos tramos, pero puedes modularlos según tu tiempo y tu aptitud. Te aconsejamos que no corras y que disfrutes del paisaje a un ritmo lento, en 5 o 6 etapas, para saborear plenamente el trazado histórico.
Si, por el contrario, tu elección recae en una ruta significativamente más larga, como la Vía Francigena, deberías reducir la capacidad de tu mochila a unos 28 litros. Con sus 1000 km, que transcurren desde el paso del Gran San Bernardo hasta Roma, por caminos de montaña, senderos de piedra y pistas rurales, es una de las rutas de peregrinación más exigentes de Italia, pero a la vez rica en encanto.
El contenido reducido a lo esencial
La lista de artículos que lleves a la espalda debe reducirse en lo posible a lo esencial. Es imprescindible que lleves un mapa topográfico del lugar por el que vas a pasar y un mini botiquín. También son útiles un altímetro y una crema protectora, especialmente si los rayos del sol te caen directamente encima. Luego, una chaqueta impermeable (preferiblemente comprimible) o un poncho de lona encerada, ropa acolchada y guantes (si te enfrentas a grandes altitudes donde vas a sentir frío), camisetas y pantalones largos (sustituye el algodón por ropa técnica sintética), calzoncillos y calcetines de repuesto, toalla de microfibra, gorro, pañuelos, gafas de sol, bastones de senderismo y un saco de dormir compacto.
La distribución del peso
Es fundamental intentar distribuir la carga de forma simétrica, dejando los objetos más ligeros en la parte superior de la mochila y los más pesados en dirección a la pelvis, para evitar que se sobrecarguen los hombros. Por la misma razón, apriétate el cinturón al máximo, justo por encima de las caderas.
Elige una mochila con regulaciones para adaptarla a tu altura y para acercar la parte superior del saco a tu espalda.
Hay numerosos caminos en Italia y cada uno de ellos está lleno de encanto.
Representan un doble viaje, descubrir tu propio mundo interior y también el mundo circundante.
Te hemos sugerido que lleves lo esencial, pero te damos un último consejo: intenta encontrar un hueco en tu mochila para un cuaderno: allí anotarás tus impresiones, que constituirán un bonito recuerdo de la experiencia vivida.