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Destino turístico
Toscana. Itinerario Livorno.

Livorno y la Costa Etrusca: un viaje por la historia, el vino y la buena mesa

Tipología
car route
Duración
4 días
Número de etapas
4
Dificultad
Fácil

La Costa Etrusca se extiende desde Livorno hasta el promontorio de Piombino: un pedazo de Toscana en el que los colores ámbar de las playas y los acantilados se mezclan con el azul del mar Tirreno y el verde del maquis mediterráneo. Entre las tierras altas y las llanuras del interior, los pueblos se rodean de bosques, campos y viñedos, alternando paisajes toscanos de postal con vistas salvajes y exuberantes. Una tierra antigua que cuenta una historia que va desde los orígenes etruscos hasta el fervor decimonónico, pasando por una Edad Media aún presente en los bellos centros históricos.

El viaje a lo largo de la Costa Etrusca comienza con el encanto áspero de Livorno que, junto con su provincia, conquista el corazón de los visitantes gracias a un dualismo irresistible: por un lado, está la franqueza de la tradición toscana, encarnada en la generosidad de las personas y en la bondad rústica de la cocina; por el otro, el refinamiento de la cultura y la historia, que se manifiesta en la belleza del arte y la arquitectura y en la famosa producción vinícola. Continuando hacia el sur, la primera parada es Bolgheri, el pequeño pueblo inmortalizado en algunos versos de Giosuè Carducci. Los pintorescos viñedos de los que se rodea han dado vida a los «Supertuscan», famosos vinos tintos entre los más apreciados del mundo. Al adentrarse en las colinas, se llega a Suvereto, una joya medieval fortificada. El pueblo, que es Bandera Naranja del Touring Club Italiano, conserva intacta la magia de su centro histórico y los sabores intensos del interior toscano. El itinerario termina en Populonia en un viaje por la historia y la belleza. Aquí, las ruinas etruscas y romanas se unen a las fortificaciones medievales, en el verde de un promontorio con vistas al mar.

Día 1

Livorno

Livorno

Livorno es una ciudad rica en cultura que se puede apreciar en cualquier época del año y desde la que se accede al tramo norte de la Costa degli Etruschi (Costa de los Etruscos). Un magnífico punto de partida para explorar la ciudad es la decimonónica Piazza della Repubblica, que conecta la antigua ciudadela con la zona urbana más reciente. Continuando hacia el noroeste, tendrás acceso al pentágono de Buontalenti: fue este arquitecto florentino quien diseñó el núcleo fortificado de Livorno, rodeado por las aguas del Fosso Reale. El barrio contiguo de Venezia Nuova, en el que, paseando entre canales y puentes, se respira una atmósfera similar a la de la ciudad de los dux, surgió entre los siglos XVII y XVIII. Caminando por sus características calles te encontrarás con la iglesia de Santa Caterina, que alberga una gran riqueza de mármoles de colores y tesoros artísticos, como un retablo de Vasari.

 

Después de la visita, dirígete a la cercana Fortaleza Vieja, para luego continuar hacia el sur con un sugerente paseo por el puerto. Ve por la estrecha Via dei Funaioli y luego gira en Via San Jacopo in Acquaviva: aquí se encuentra la señorial villa Mimbelli, sede del museo municipal Giovanni Fattori, donde podrás admirar obras de este famoso artista natural de Livorno y de otros importantes «macchiaioli». Al salir del museo, te aconsejamos que recorras Via del Forte dei Cavalleggeri en dirección a Piazza Mascagni, un amplio mirador de estilo modernista desde el que se puede disfrutar de una espléndida vista del mar Tirreno. Una visita a Livorno no puede concluir sin probar la cocina local. La cocina de Livorno está dominada por los platos marineros, como el bacalao «alla livornese» y el «cacciucco», un sabroso plato que surge de ingredientes simples y que se disfruta especialmente acompañado de una copa de vino tinto. No te pierdas tampoco el «5 e 5», un bocadillo relleno de torta de garbanzos.

 

Día 2

Bolgheri

Bolgheri

Se puede llegar a Bolgheri en menos de una hora desde Livorno recorriendo la SS1 hacia el sur y luego tomando la SP39 a la altura de La California. Resulta espectacular el acceso a este pequeño pueblo medieval, que se realiza a través de una larga avenida bordeada de cipreses. El castillo de Bolgheri da la bienvenida a los visitantes con una puerta situada en la base de una torre almenada. Esta fascinante atmósfera se mantiene en el minúsculo y bien cuidado centro histórico, en el que, al pasear por sus calles y plazas, encontrarás una notable cantidad de enotecas, tiendas y restaurantes. En Bolgheri pasó su infancia Giosuè Carducci: una placa indica la casa en la que vivió entre 1838 y 1848, mientras que en Piazza Alberto, donde se ubica la vivienda, se encuentra una estatua dedicada a Lucia Galleni, abuela del poeta, por la que sentía un gran cariño. A ella y al pueblo están dedicados los nostálgicos versos de «Davanti San Guido» (Ante San Guido).

 

 

Son muchos los motivos que atraen a los visitantes, entre ellos, sin duda, la proximidad a la Costa degli Etruschi (Costa de los Etruscos), la belleza de la avenida con los cipreses y los paisajes marcadamente toscanos que rodean la localidad. Sin embargo, la identidad de Bolgheri se encuentra, sobre todo, en el sol de los viñedos y en la oscuridad de las bodegas. Gracias a un microclima favorable y a la habilidad de los productores locales, los vinos Bolgheri DOC se encuentran entre los más valorados y apreciados del mundo. Aunque la zona es conocida por los «supertuscan», a base de uvas «sangiovese», «cabernet» y «merlot», no hay que olvidar los blancos y rosados, que son los vinos más tradicionales del lugar. Las empresas agrícolas de la zona organizan visitas a bodegas y fincas, excelentes oportunidades para conocer mejor el territorio entre degustaciones y paseos en la naturaleza.

Día 3

Suvereto

Suvereto

Suvereto es un pequeño pueblo medieval, Bandera Naranja del Touring Club Italiano, inmerso en el verde del valle de Cornia, una franja de tierra llana, protegida por altiplanos, que marca el límite sur de la provincia de Livorno. Para ir debes seguir la costa del Tirreno en dirección sur por la carretera nacional Aurelia, para luego coger la SR 398 a la salida de Venturina. Antes de atravesar la puerta sur, detente en la plaza que está delante, la de Vittorio Veneto, en la que se encuentra la iglesia parroquial de San Giusto. La iglesia parroquial se construyó entre los siglos X y XII y su preciosa fachada románica se abre a un espacio interior sobrio y recogido. Siguiendo entre calles empedradas y paredes de piedra, llegarás a la fortaleza aldobrandesca, un edificio del siglo XIII que protege el pueblo desde lo alto de un promontorio: alberga un museo y desde sus espacios exteriores es posible disfrutar de unas vistas deliciosas de los bosques y los campos alrededor del pueblo. Además de su interesante historia, Suvereto tiene mucho que ofrecer a los amantes de la buena mesa: el jabalí cazado en la zona es un manjar, además de protagonizar una suntuosa fiesta en invierno. Los vinos de la DOCG local, tintos con cuerpo a base de merlot, cabernet sauvignon y sangiovese son el acompañamiento perfecto para los sabores decididos de la cocina de Suvereto.

Día 4

Populonia

Populonia

Populonia domina el mar Tirreno desde el extremo norte del promontorio de Piombino, donde la costa oeste del valle de Cornia parece prolongarse hacia la isla de Elba. 
Inicialmente conocida como Fufluna o Pupluna en honor al dios del vino Fufluns, Populonia era una de las doce ciudades estado que componían Etruria, aunque la única que se asomaba directamente al mar. El promontorio sobre el que se alza marca el límite natural entre la «maremma» de Grosseto y la Costa degli Etruschi (Costa de los Etruscos), llamada así por la considerable cantidad de yacimientos arqueológicos diseminados a lo largo del litoral. Populonia es un lugar privilegiado donde los testimonios históricos se estratifican, abarcando un arco de tiempo que va desde el periodo etrusco hasta la Edad Media.

 

Desde Suvereto nos dirigimos ahora a Baratti, a la que se puede llegar rápidamente avanzando hacia el sur por la SR 398. Aquí tendrás la oportunidad de conocer a los etruscos visitando el parque arqueológico de Baratti y Populonia, que alberga dos necrópolis y los barrios industriales donde se transformaba el hierro procedente de la isla de Elba. El viaje en el tiempo continúa en el cercano pueblo medieval, apiñado a los pies de la fortaleza de Populonia, una fortificación bien conservada construida entre los siglos XIV y XV. La fortaleza se puede visitar y consta de una gruesa muralla y una torre desde la que se abre una sugerente vista del golfo de Baratti. De vuelta al presente, te recomendamos probar la rústica y sabrosa cocina de la zona. El plato principal de este tramo de costa es el pulpo «alla piombinese», condimentado con una sencilla salsa de tomate y cebolla y servido sobre pan tostado.

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