Resumen
Johann Thomas von Spaur, príncipe obispo de Bressanone/Brixen, había elegido a finales del siglo XVI una espléndida ubicación en el valle del Isarco/Eisacktal para construir una residencia de verano, con un corral para los ciervos, un estanque para los peces y un aviario. El corral, el estanque y el aviario ya han desaparecido, pero todo lo demás se ha mantenido prácticamente intacto.
A la muerte de von Spaur, el edificio había pasado a los príncipes obispos sucesores para sus veranos, costumbre interrumpida solo a principios del siglo XIX con las secularizaciones ordenadas por Napoleón. Si bien ha pasado el tiempo, Castel Velturno ha llegado a nuestros días con pleno derecho a ser considerado tanto un excelente ejemplo de residencia renacentista tardía del Tirol del Sur como una casa museo, es decir, una casa que conserva rastros sustanciales de quienes la han querido y habitado.
Los grafitis y un reloj de sol decoran las fachadas, pero sobre todo los interiores son especialmente ricos. Aún más que en la primera planta, donde se alojaban los huéspedes, es en la segunda donde las habitaciones son inusualmente grandes, con incrustaciones ornamentadas y elegantes en la artesanía de madera típica de las stube, techos artesonados uno distinto del otro y muchas pinturas murales. En la extraordinaria Stanza del Principe destacan en el techo los escudos de armas de los von Spaur, de la diócesis y del principado episcopal, mientras que las incrustaciones en las paredes presentan escenas de caza y motivos arquitectónicos, y las puertas parecen portadas de iglesias. La loza azul de la colosal estufa reproduce escenas del Antiguo y del Nuevo Testamento. El friso es una reseña de las Maravillas del Mundo: son ocho en lugar de las siete canónicas, porque en la zona se solía incluir también la cercana Abadía de Novacella/Neustift.
