Islas Pelagias: Lampedusa y Linosa, entre mar cristalino, naturaleza y silencio.
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Las islas Pelagie son un pequeño mundo aparte, donde cada cala, plato y atardecer cuenta la esencia más profunda de Sicilia. Situadas en el extremo sur de Italia, son un rincón remoto de Sicilia que encanta por su belleza salvaje, su atmósfera suspendida en el tiempo y un mar de los más cristalinos del Mediterráneo. Lampedusa, dinámica y vibrante, es famosa por playas legendarias como la Bahía de los Conejos, Cala Creta o Cala Pulcino.
Linosa, con su perfil volcánico y su ritmo pausado, es ideal para quienes buscan silencio y autenticidad. Excursiones en barco, esnórquel, paseos en bicicleta y sabores locales completan la experiencia.
Explorar las Pelagias por mar: Lampedusa y los islotes
El archipiélago de las Pelagie comprende cinco islas, de las cuales solamente dos están habitadas: Lampedusa y Linosa. Las otras – la Isla de los Conejos, Lampione y el Escoglio di Sacramento – son ideales para excursiones en barco. Lampedusa ofrece playas accesibles por tierra, pero las calas más exclusivas se descubren desde el mar. Cala Creta, Cala Guitgia, Cala Pulcino y la famosa Bahía de los Conejos – a menudo considerada la playa más hermosa del mundo – fascinan con fondos marinos transparentes y paisajes de ensueño. Un paseo en “spiaggina” (pequeño coche descapotable) o en scooter permite explorar la isla con total libertad. No hay que perderse el Puerto Viejo y el paseo marítimo de Cala Palme, donde se puede saborear la vida cotidiana de la isla entre pescadores y trattorias de pescado fresco.
Linosa: una isla volcánica para explorar en bicicleta
Con solo 5 km² de superficie, Linosa es una pequeña joya volcánica a medio camino entre Sicilia y Túnez. Una isla fuera del tiempo, perfecta para quienes desean desconectarse y vivir la naturaleza de forma auténtica. La mejor manera de descubrirla es en bicicleta: desde el puerto se accede fácilmente a las calas más bonitas como Cala Pozzolana di Ponente y di Levante, la laguna de Punta Beppe Tuccio y Sicchitella, un destino muy apreciado por los amantes del buceo. A diferencia de Lampedusa, Linosa es silenciosa, discreta, ideal para relajarse, nadar en sus piscinas de lava y disfrutar del sol. Una estancia pausada, donde el tiempo parece haberse detenido.
Sabores de las Pelagie: biodiversidad y cocina entre la tierra y el mar
Además de su belleza natural, las Islas Pelagie conquistan también por su oferta gastronómica. La cocina se basa en pescado fresco – siempre conviene preguntar por la pesca del día – y en productos cultivados localmente como alcaparras y lentejas. La tierra volcánica de Linosa alberga plantas de higo chumbo con las que se elaboran licores y granizados. En Lampedusa es posible degustar vinos locales acompañados de recetas marineras preparadas en las típicas trattorias. La biodiversidad única de las islas se refleja en sabores intensos y auténticos, capaces de contar – como un viaje – el alma más genuina del territorio.