El santuario subterráneo dedicado a los santos Efisio y Gregorio Magno está organizado en dos partes, separadas por una rejilla: el vestíbulo y el santuario. En el primero, con forma rectangular y bóveda de cañón, se alojan cinco bustos de santos relacionados con la tradición franciscana. En la segunda sala, con la misma forma rectangular y cubierta de cañón, hay varios altares y estatuillas de estuco policromado realizadas por Mutoni y Corbellino. La bóveda fue decorada con témpera por Gregorio Are. El oratorio de San Miguel Arcángel se construyó entre 1758 -1759 siguiendo modelos lombardos introducidos por Quallio y sus ayudantes. La cúpula del edificio está adornada con témpera de Gregorio Are. En el interior del Convento se conserva una valiosa colección de pinturas del siglo XVII y XVIII, realizadas por artistas que trabajaron en el taller franciscano: Antonio Todde, Giuseppe Lopez y Pietro Antonio Are.
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