Montaña: localidades y excursiones

7000 hectáreas de extensión a una altura que oscila entre los 250 y los 3841 metros sobre el nivel del mar. Esta es la zona del parque de Monviso, poblada de coníferas y abedules y atravesada por el río Po. El viaje que proponemos pretende descubrir el tramo montañoso del Gran Río, incluido en el territorio de Cuneo. Un itinerario encantador y lleno de paisajes diversos que quedarán grabados en tus ojos y en tu corazón.

Te proponemos un largo itinerario: 92 kilómetros que recorrer en 6 días, siguiendo las orillas del Tanagro, río que comienza con poca agua pero que, durante su curso, recibe agua de numerosos arroyos y va ganando presencia, por lo que es el refugio favorito de varias colonias de aves y peces autóctonos. Siguiendo su camino, atravesarás la variada zona del Parque Nacional del Cilento, Valle de Diano y Alburnos y encontrarás ruinas de antiguos templos, molinos y pueblos. Atravesando puentes romanos y alcanzando las aguas que han explorado las cavidades de la roca, el Tanagro desemboca finalmente en el río Sele y termina su curso en el mar.

Rara vez se ve tanta variedad naturalista concentrada en un solo territorio. Así es el Gargano, llamado el «espolón de Italia» por su posición tan particular que parece una franja de tierra transportada por el viento desde unas costas lejanas. Aquí, cada exploración está jalonada por un panorama a base de costas escarpadas, acantilados muy blancos, un mar de color esmeralda, bosques de pinos con una infinita variedad de hábitats y también lugares místicos y espirituales. En comparación con la costa sur, la parte norte del Gargano es más salvaje y menos llamativa. Aquí, fuera del periodo de junio a septiembre, encontrarás sobre todo paz y tranquilidad. Extensiones de playas de dunas y arena muy fina se pierden en el horizonte, y el entorno natural es de una belleza fascinante, tanto si se observa tumbado en la playa como desde lo alto de los pueblos encaramados, tal vez saciando la sed con una limonada del Gargano IGP. No podía ser de otra forma y, en cambio, el Gargano, territorio protegido por el parque nacional del Gargano,es también el paraíso para los amantes de la naturaleza, los exploradores, los observadores de aves con unos binoculares al cuello y los practicantes de deportes. En particular, se alegrarán los aficionados al ciclismo, porque la bicicleta es la mejor manera de respirar la esencia del lugar con las calas desiertas, las vistas, los rincones solitarios y silenciosos y los pequeños pueblos para descubrir pedalada a pedalada. Los itinerarios posibles son muy diversos y de diferente dificultad, aquí proponemos una ruta desde Peschici hasta el lago de Lesina. Llegamos a Rodas Garganico, seguimos la larga recta que bordea el lago de Varano, y pasando por la Foce di Varano, antiguo pueblo de pescadores y ahora un animado puerto turístico, llegaremos a la Foce di Capoiale, un característico puerto en canal donde se puede disfrutar de la vista del lago con las montañas al fondo y observar la vida de los pescadores y los tendederos de las redes. Si quieres, puedes realizar una variante que gira en torno al lago de Varano, de lo contrario, continúa recto hasta el lago de Lesina.

La Vía de Francisco pasa por los lugares testigos de la aventura humana de Francisco de Asís, santo y patrón de Italia. Monasterios, basílicas y ermitas: todos estos lugares tienen su lugar en la historia franciscana. En los senderos de la Vía de Francisco hay caminantes de todas las partes del mundo y el ambiente que se respira va siempre asociado a un trasfondo místico y religioso. En su totalidad, la vía tiene algo menos de 500 kilómetros de largo y serpentea desde el acantilado del Santuario della Verna, no muy lejos de Sansepolcro, en el corazón de los Apeninos toscanos, hasta Gubbio y Asís, para luego continuar a través de las colinas de Umbría en dirección a Roma. Caminarás por la Vía del Norte, que enlaza Chiusi della Verna con Asís. Un sugerente recorrido de 189 kilómetros, una distancia que se puede completar en diez etapas y unas 70 horas, pasando por los lugares de Chiusi della Verna, Pieve Santo Stefano, Sansepolcro, Citerna Monterchi, Città di Castello, Pietralunga, Gubbio, Valfabbrica, Perugia, Bastia Umbra y Asís. Dormirás en albergues sencillos y básicos o en las ermitas en las que también se acogió a Francisco. Los restaurantes son acogedores y, etapa tras etapa, aunque no realices el viaje sumándote al espíritu de la «peregrinación», sentirás una intensa espiritualidad que te conectará profundamente con la naturaleza y con tu propio ser.

A los amantes de las excursiones a pie y en bicicleta les proponemos un emocionante itinerario para descubrir el Parque Nacional de los Bosques Casentinesi, Monte Falterona y Campigna. Un recorrido en 4 etapas en una de las áreas protegidas más bellas de Italia, entre Romaña y Toscana. Bosques centenarios, santuarios y cascadas te sorprenderán, así como la variedad de paisajes que encontrarás. ¡Un paraíso para el trekking!

«Mens sana in corpore sano» decían los romanos, quizás pensando precisamente en Isquia y en sus termas. Las propiedades termales de la isla ya se conocían en los antiguos tiempos del Imperio romano y, probablemente, el agua y el barro ya se utilizaban para producir cremas y cosméticos. Isquia ofrece diferentes opciones para quienes necesiten cuidados o tratamientos específicos o, simplemente, para quienes hayan hecho del bienestar su filosofía de vida. Por lo tanto, este itinerario presenta coloridos jardines termales, fuentes naturales y la magia de las fumarolas. Desde el muelle Beverello de Nápoles, a bordo de un transbordador o de un hidrodeslizador, en menos de una hora se llega a Isquia, una isla que desde el mar se revela como un bloque de roca y vegetación mediterránea y que contiene un microcosmos de entornos con un carácter para nada homogéneo. El clima es templado durante todo el año, la naturaleza es exuberante y salvaje, el mar es cristalino, las playas son de ensueño y los centros urbanos son pintorescos. Y si a todo esto se añaden las aguas termales, verdadero patrimonio natural de la isla, resulta evidente por qué Isquia está en primer lugar en las clasificaciones de los destinos preferidos por los turistas de todo el mundo.

Un territorio ideal para los cicloturistas, que entre un pedaleo y otro podrán alimentarse entre crescentine con la “cunza”, borlengo y un vaso de Lambrusco.

Si conoces de memoria las inolvidables hazañas del campeón de ciclismo Marco Pantani, probablemente ya hayas oído hablar de Campo Imperatore. Precisamente en Abruzzo, “il Pirata” se movió en 1999 hacia la primera de sus cuatro victorias de etapa de ese Giro d 'Italia. Campo Imperatore es conocido principalmente por su estación de esquí, una de las más conocidas y equipadas del centro de Italia. La localidad de Abruzzo es hoy un punto de referencia también para los turistas en bicicleta. Además de tener teleférico, telesillas y manovia, de hecho, Campo Imperatore tiene una larga tradición como sede de las principales carreras ciclistas por etapas, que siempre han atraído a una multitud festiva de entusiastas del ciclismo y que aún hoy, en primavera y verano, recibe un flujo constante de cicloturistas y bikepackers, procedentes de Italia y del extranjero.

En el corazón de los Dolomitas, Patrimonio de la Humanidad, encontrarás tu nueva dimensión perfecta: un territorio salvaje, en el que pedalear durante más de 400 kilómetros. ¿Te apetece? Te vamos a contar todos los detalles. El lugar en cuestión es Paganella, donde está el bike park del mismo nombre, que serpentea a lo largo de la espectacular cadena montañosa entre rutas de downhill, freeride y flow, pero también entre rutas de singletrack. Pistas de diferentes grados para todos los niveles y disciplinas.

Sobre una tabla de ruedas de varios tamaños, el skateboarding no es solo una actividad deportiva extrema, sino un verdadero estilo de vida. Utiliza bancos, escalones y barandillas, así como espacios especialmente diseñados, como los skateparks. Roma, entre un yacimiento arqueológico y otro, alberga numerosos spots, pero hay dos lugares que merecen especial atención: el Bunker Skatepark y The Spot Skatepark Ostia. Averigüémoslo juntos.

¿Qué hace falta para surcar el cielo azul a bordo de un ala delta? Evidentemente, se necesita una colina o una ladera desde la que lanzarse y luego seguir las corrientes favorables, unas condiciones meteorológicas adecuadas, una buena dosis de coraje y el deseo irrefrenable, que el hombre ha acunado desde la noche de los tiempos, de observar el mundo desde lo alto. Si buscas el lugar donde todas estas condiciones se combinan para tener la experiencia perfecta de vuelo libre, bienvenido a Umbría, donde también tendrás la oportunidad de explorar uno de los paisajes naturales y artísticos más agradables y apreciados de Italia con un nuevo enfoque (desde arriba). Umbría ofrece varios centros de vuelo para principiantes y expertos en los que podrás experimentar por primera vez la emoción del vuelo en tándem con un piloto experimentado, o realizarlo personalmente si ya te sientes seguro, rodeado de un paisaje natural encantador.

Una vez que la nieve se ha derretido, la meseta kárstica de campo Felice se transforma en una de las zonas de bicicleta de montaña más populares de Italia. El Swup Bike Park. A lo largo de los Apeninos de los Abruzos, en la zona de L'Aquila, hay algo para todo el mundo: pistas de freeride, descenso, slopestyle y campo a través, pistas para principiantes, e incluso un área Fun Kids, dedicada a los más pequeños. ¿Estás listo para ir?

Desde la cuenca artificial de Resia se puede subir hacia el este a través de la pintoresca Vallelunga, al final de la cual surge este refugio, que se podría definir como un resort de alta montaña, tal es la calidad de la oferta hotelera y culinaria. También puedes llegar a sus 2267 metros de altitud con un servicio de lanzadera con reserva previa. Aquí puedes degustar productos regionales y recetas típicas; entre los postres, el protagonista es el Kaiserschmarren, un crepe con sabores del Tirol del Sur.

El paraíso de los excursionistas de todas las edades Un espléndido y variado valle al pie de dos de las montañas más bellas del mundo, Pelmo y Civetta: el Val di Zoldo te conquistará a primera vista gracias a su variedad de paisajes, entre diferentes altitudes. Inmerso en la naturaleza virgen y un tesoro de antiguas tradiciones, es parte del Parque Nacional de los Dolomitas de Belluno y cuenta con una rica fauna compuesta por ciervos, gamuzas y cabras montesas. Destino ideal para caminantes de todas las edades y experiencia, es la oportunidad perfecta para encontrarse entre paseos para toda la familia, excursiones más exigentes para aquellos con experiencia, pero también simples paseos entre los países en su interior, ricos en historia, arte y sabores. El monte Civetta cuenta, en el lado norte, con una gran pared vertical conocida como la "Pared de las paredes", caracterizada por varias rutas de escalada. Aquí abundan los itinerarios fáciles o de media dificultad que llevan hasta la cima, pero el más querido os llevará al Refugio Coldai y al lago homónimo donde relajaros. El Monte Pelmo tiene dos picos principales, conocidos como Pelmo y Pelmetto. A los pies de estaúltima, sobre una roca, podréis admirar las huellas de algunos dinosaurios, un descubrimiento paleontológico de valor inestimable que emocionará incluso a los más pequeños.

Pistas cubiertas de nieve, cocina gourmet y aperitivos con los amigos son los tres elementos imprescindibles de una Semana Blanca. Desde los tradicionales refugios a gran altura, hasta los chalets de diseño con sus restaurantes gastronómicos y discotecas donde vivir la Movida, Trentino se confirma como siempre como una de las mejores opciones donde pasar unas vacaciones de relax y pura diversión en la montaña.

Molveno es una histórica localidad de veraneo, situada en la orilla norte del lago del mismo nombre, con los Dolomitas de Brenta como suntuoso telón de fondo. Gracias a la suma de sus recursos y a la eficacia de sus servicios para el visitante, Molveno ha sido galardonada con la bandera naranja, con la que el Touring Club distingue a las localidades turísticas de menor tamaño. El pequeño municipio, con poco más de 1000 habitantes, tiene una larga historia: la zona estuvo habitada ya en el Neolítico y los romanos establecieron aquí su propio asentamiento, pero fue en la Edad Media cuando adquirió cierta relevancia. Por aquel entonces ya existía un castillo de Molveno, perteneciente a los condes de Flavon, derribado, sin embargo, ya a finales del siglo XIV. En cambio, sobrevive en el cementerio una joya del siglo XIII, la iglesia de San Vigilio. Molveno conserva algunas partes medievales en el pórtico de la llamada casa del Dazio, así como el barroco palacio Saracini. Durante tu estancia, debes tener en cuenta estas propuestas: el paseo alrededor del lago, con las numerosas actividades que puedes realizar en sus orillas, y hacia el pintoresco valle delle Seghe; la visita al antiguo aserradero veneciano de Taialacqua; las excursiones por los senderos y las vías ferratas al alcance de los remontes de Molveno Pradel y Andalo hasta Cima Paganella. El pueblo también es un verdadero paraíso para las familias: los más pequeños pueden divertirse en las zonas equipadas del lago, en el Forest Park de Molveno, con un paseo por el sendero Sciury o incluso en el Pumptrack.

Incluido en el territorio del Parque Nacional del Gran Sasso y los Montes de la Laga, Castel del Monte es un lugar que siempre ha encantado por la belleza y majestuosidad del paisaje que lo rodea, lo que lo convierte en un destino popular para quienes buscan la naturaleza más auténtica e incontaminada. Es un pueblo con alma y urbanismo medievales, que aún se relatan sobre todo en las típicas casas-torres, el pueblo ha sido siempre un símbolo de la trashumancia. A esta antigua práctica está vinculada la producción del famoso queso local “Canestrato”. Su corteza lleva las huellas de la cesta en la que se madura, su sabor es intenso y recuerda a los aromas de los prados, dejando espacio al final para un ligero dulzor. El Canestrato tiene el sabor de una historia antigua, degustarlo significa participar en esta historia y preservar su memoria.

Pequeño pueblo en la vertiente de L'Aquila del Gran Sasso, Santo Stefano di Sessanio, como sucedió en la mayoría de los pueblos del interior de los Abruzos, experimentó una gran despoblación en la segunda mitad del siglo XX. La recuperación ha venido de la mano de un servicio turístico y hotelero de excelencia. Desde finales del siglo XVI, Santo Stefano di Sessanio estuvo gobernado por los Médici y la economía local floreció gracias a la producción de lana dirigida a Florencia. El torreón almenado, que se alza entre las casas, se llama torre Medicea, pero en realidad data del siglo XIV: el nombre atestigua el impacto económico y cultural que la familia florentina tuvo en el pueblo. La restauración del torreón, destruido en el terremoto de 2009, terminó en 2021 salvaguardando los elementos originales. Hoy en día, la puerta Medicea conserva el escudo de armas de la familia colocado en el matacán. La memoria del pueblo y de los territorios circundantes se conserva en el Museo Terre della Baronia. A pocos pasos del museo, en Piazza Medicea, se encuentra la pequeña iglesia de las Anime Sante o del Suffragio, con un altar mayor dedicado a la Vergine del Monte Carmelo. En las parcelas de tierra arcillosa que rodean el pueblo, ideales para el crecimiento de las legumbres, se cultiva desde hace siglos la lenteja de Santo Stefano di Sessanio, Presidio Slow Food: pequeña y permeable, no necesita remojo y con ella se obtiene una sopa sencilla pero muy popular.

El castillo de Ussel: el espectáculo de una fortaleza inexpugnable A medida que avanzas por el empinado camino, te acercas a la solemne visión del castillo de Ussel. Y ¡madre mía! Ningún muro defensivo la protege, porque la mansión ya tiene en sí misma el carácter absoluto de fortaleza inexpugnable. El paralelepípedo de piedra, de líneas austeras, se alza sobre un promontorio rocoso y su severa silueta vigila las ciudades de Châtillon y Saint-Vincent hasta el fondo del valle atravesado por el Dora Baltea. Un gran espectáculo. En la roca con un panorama vertiginoso El último tramo de unos cincuenta metros hacia el castillo de Ussel desde la meseta inferior solo es transitable a pie: una aproximación lenta desde el lado del acceso, mientras que al otro lado se abre un vertiginoso precipicio. El palacete es un hito en la historia de la arquitectura militar del Valle de Aosta. De hecho, fue el primer fuerte construido desde cero como un cuerpo único y compacto por Ebalo II de Challant hacia 1343. Hoy es un testimonio perfectamente conservado de la última fase estilística del castillo medieval. A lo largo de los siglos, cambió varias veces de mano: de la familia feudal de Challant a la de los Saboya, e incluso se convirtió en una prisión tras la muerte del último señor en 1470, para ser abandonada por completo cien años después. En el interior, podrás ver las huellas de los suelos y las chimeneas monumentales, y uno de los atractivos son las ornamentadas ventanas con parteluz, que crean el marco perfecto para las fotografías: el paisaje enmarcado por los arcos. No te pierdas lo que en su día fue el camino de ronda, un sendero flanqueado por almenas al que recientemente se ha podido acceder. Desde allí arriba, la vista de 360° de la llanura de Châtillon conseguirá impresionarte. El barón y el bolígrafo Bic Es una historia más reciente, pero no menos fascinante, la del castillo de Ussel adquirido en 1984 por el barón Marcel Bich, cuya familia era originaria de Châtillon. El noble era un brillante empresario; fue él quien compró la patente de los bolígrafos del inventor, László József Bíró, y luego la comercializó en todo el mundo con el nombre de BIC. Y continuó su afortunado ascenso con el éxito mundial de las maquinillas de afeitar desechables y los encendedores, también firmados BIC. Tras adquirir la fortaleza, el barón la donó a la región del Valle de Aosta, con la condición de que las instituciones se comprometieran a restaurar y abrir el castillo de Ussel al público. Esto ocurrió puntualmente en 1998 con una gran inauguración. Desde entonces, el fuerte se ha convertido en un espacio para exposiciones temporales, la primera de las cuales se dedicó, naturalmente, al donante y sus BIC. Cabalgando alrededor de la mansión Estás preparado para una experiencia inusual? El castillo de Ussel y sus alrededores se pueden visitar montando magníficos caballos. Se trata de un recorrido de 2 horas y media, en grupo y con un guía ecuestre, apto para todo el mundo y con la única restricción de la edad: los menores de 14 años tendrán que esperar un poco más. El paseo a caballo es una forma lenta y sostenible de explorar el territorio. Olvídate del coche y ponte a prueba incluso en breves pasajes de trote. El fuerte se alza ante ti con toda su magnificencia, con la piedra casi amenazante, los dos torreones, la roca viva en la que se encuentra literalmente anclado. El resto es paisaje, ya que atraviesa una hermosa parte del Valle de Aosta, el cercano Saint-Vincent y los bosques circundantes; se atraviesan antiguos caminos de herradura y se encuentran diminutos pueblos de montaña donde sobreviven antiguos hornos.

Si respira la atmósfera de un tiempo que ya no existe en Castelvecchio di Rocca Barbena, burgo medieval encaramado entre el bosque verde y el cielo azul. El pueblo es un laberinto de callejones estrechos que conducen al corazón del pueblo, el castillo señorial, que un tiempo era el centro de la vida del pueblo. Callejones estrechos y sinuosos, casas de piedra, viviendas fortificadas, todo esto recuerda siglos pasados, como si el tiempo se hubiera detenido misteriosamente. No hay que perderse, mientras se pasea por el pueblo, los antiguos lavaderos restaurados, la plaza de la Torre donde se encontraba la antigua horca, la Porta Soprana a la entrada del pueblo y, junto con el santuario de Nostra Signora delle Grazie, el pequeño cementerio en forma de corazón.

Se puede reconocer desde arriba, el bonito pueblo de Rotondella, con sus casas pegadas unas a otras y sus calles serpenteando por la colina, creando una espiral que no se puede confundir con nada más. No hay que perderse los dos festivales principales. La primera, dedicada a San Antonio de Padua, que tiene lugar el 13 de junio, y luego la dedicada a San Antonio Abad, que se celebra el 17 de enero con la tradicional hoguera en la plaza y música folclórica. En la zona de Rotondella, pues, destaca el monte Coppolo: toda la montaña está rodeada de muros de fortificación que encierran una acrópolis atribuible al siglo IV, a la que se vincula una leyenda. Se dice que esta ciudad fue fundada por Epeo, el constructor del caballo de madera que permitió la conquista de Troya. Por último, Rotondella es conocida como el balcón del mar Jónico", por sus impresionantes vistas al espléndido mar de Lucania.

La ubicación es privilegiada. Dobbiaco se encuentra justo por encima de los 1200 metros al comienzo del alto valle de Pusteria, la «Tierra de las Tres Cimas de Lavaredo», justo en la desembocadura del valle de Landro, que se extiende hacia el sur hasta el Cadore y el Ampezzano, insinuándose entre los altos picos de los Dolomitas. A las puertas de la ciudad también se encuentra un lago, una cuenca poco profunda formada por el Rienza, con un perímetro de 4,5 kilómetros: una joya enclavada entre los dos parques naturales de Fanes-Senes-Braies y Tres Cimas. No es difícil entender por qué esta ciudad fue uno de los primeros destinos turísticos de la región, ya famosa en los tiempos de la Belle Époque y la Finis Austriae, cuando aristócratas, intelectuales y artistas como el compositor Gustav Mahler (1860-1911) solían reunirse en Dobbiaco: gente acostumbrada a la elegancia de Viena que exigía un alojamiento del más alto nivel. Para ellos se desarrolló la parte «nueva» del pueblo, con la estación de ferrocarril que se inauguró en 1871 y el Gran Hotel, construido en 1877-78, hoy sede del Parque Natural de Tres Cimas, que alberga un gran número de iniciativas culturales. Dobbiaco cuenta con un respetable programa de eventos artísticos y musicales, centrado en julio y agosto en los conciertos de la Gustav Mahler Musikwochen. Más al norte, el centro histórico de Dobbiaco se aglutina en torno a la gracia barroca de la iglesia de San Giovanni Battista (1764-74) y al castillo Herbstenburg (privado), surgido de una torre medieval y ampliado en el siglo XVI. A medio camino entre los dos pueblos se encuentra Mondolatte, un punto de contacto ideal entre la cultura, las tradiciones locales y los placeres gastronómicos: es el museo de los lácteos y el arte de la lechería Latteria Tre Cime, que también organiza talleres y catas.

El lago de Braies es una esmeralda de agua que brilla a unos 1490 metros de altitud, envuelto por tres lados por una corona de picos dolomíticos que, al reflejarse en sus aguas, duplican su grandeza: sobre todas ellas domina la Croda del Becco (2810 m), con una bajada en picado hasta la orilla sur del lago. Nos encontramos en el corazón del Parque natural Fanes-Senes-Braies, en un «mundo aparte» de bosques, pastos alpinos y mesetas, al que se llega desviándose unos diez kilómetros de la carretera estatal y el carril bici de Val Pusteria, en dirección sur. La espléndida «postal» del lago de Braies, con el macizo de Croda al fondo, también es bien conocida por otras razones: el mérito es de la exitosa serie de televisión Un passo dal cielo, con Terence Hill, grabada en sus orillas y emitida por la RAI desde 2011. Con aproximadamente 1200 metros de largo, hasta 400 metros de ancho y más de 35 metros de profundidad, el lago tiene un carácter que difiere de casi todas las demás cuencas dolomíticas: se formó por un enorme corrimiento de tierras que cayó del Sasso del Signore sobre el curso del río Braies, creando una presa natural, de origen no glaciar ni morrénico. A lo largo de las orillas, entre bosques de abetos, discurre un paseo de aproximadamente una hora, muy agradable y un poco concurrido en verano. De hecho, el encanto del paisaje y la gran popularidad de la producción televisiva han hecho que el lago sea tan popular que se han impuesto límites para reducir el impacto del turismo. Así, en verano no se puede llegar en coche, sino solo en bicicleta o con autobuses lanzadera (línea 442 desde Dobbiaco y Villabassa) o a pie desde el aparcamiento (que hay que reservar) en la aldea de Ferrara: desde aquí empieza la ruta temática de senderismo Viktor Wolf Edler von Glanvell, que se recorre en una hora y media. Para quienes busquen recorridos más exigentes, desde el lago parte la Alta Via n.º 1 de los Dolomitas, la «Clásica», que llega a Belluno, al pie del grupo del monte Schiara.

Las cuencas gemelas de la frontera con Eslovenia Dos extensiones de agua cristalina, rodeadas de imponentes montañas y naturaleza salvaje, en la frontera entre Italia y Eslovenia. El lugar ideal para una impresionante excursión en todas las estaciones o, más sencillamente, para descansar en la orilla y disfrutar del relax en medio del verde. Los lagos Fusine son dos pequeñas pero preciosas perlas de Friul-Venecia Julia. Estas cuencas de origen glaciar, una llamada Inferiore y la otra Superiore, están conectadas por un sistema de aguas subterráneas y reflejan los picos de la cresta de Ponze, el Mangart, el Masso Pirona y muchas otras montañas de los Alpes. Los bosques de píceas, abetos y hayas de los alrededores son el hábitat perfecto para corzos, ciervos, rebecos y diversas especies de aves migratorias. Los amantes del senderismo encontrarán en esta zona senderos en los que ponerse a prueba, como el que conduce a Rifugio Zacchi y Capanna Ponza, con una vista espectacular de todo el valle. En invierno, el blanco de la nieve hace aún más mágico el panorama. Diviértete explorando la zona con esquís o raquetas de nieve en los pies.

La Gran Travesía de los Alpes, conocida como GTA, es un itinerario de excursionismo de larga distancia y de dificultad media a pie que se articula a lo largo de los Alpes peninos, grayos, cocios y marítimos hasta los valles de los Alpes ligures. En el Piamonte, el trazado de la GTA abarca 1000 km y se divide en 55 etapas, desde Viozene, en los Alpes ligures, hasta Molini di Calasca, en el valle Anzasca, en Verbano-Cusio-Ossola. Una espectacular ruta alpina para los amantes del turismo «slow» y del wildlife watching entre valles, pueblos y lagos alpinos con vistas de paisajes naturales a lo largo de senderos y caminos de herradura, todos ellos señalizados y certificados por el CAI (Club Alpino Italiano), que permiten ir de un valle a otro atravesando los pasos más accesibles. Cada etapa requiere de 5 a 8 horas de marcha. El período recomendado es desde mediados de junio y septiembre, cuando (salvo excepciones estacionales) no hay nieve y todos los puestos-etapa y los refugios son accesibles y están abiertos. Todos los senderos se han identificado con una señalización blanca y roja, así como con banderas metálicas con el logotipo de la GTA. Al final de cada etapa se encuentran las estructuras receptivas de la GTA o los refugios del Club Alpino Italiano. También conectan con la GTA rutas circulares que permiten salir y volver al punto de partida. Salida Refugio Rivetti 13811 Andorno Micca (BI) Llegada Refugio Barbara Lowrie 10060 Bobbio Pellice (TO) Zona: Biella Valsesia Vercelli, Turín Salida: Andorno Micca Llegada: Bobbio Pellice Distancia: 221,00 km Duración: 140 horas Cota de salida: 2200 m Cota de llegada: 1765 m Desnivel de subida: 25 800 m Desnivel de bajada: 26 700 m Dificultad: media

Baveno, donde las puestas de sol son aún más románticas. Situado entre verdes colinas que descienden suavemente hacia las aguas del lago Maggiore, Baveno es un municipio piamontés de la provincia de Verbano-Cusio-Ossola de unos 5000 habitantes. El antiguo pueblo, rico en historia, tradiciones y cultura, está decorado con una espléndida vista de fondo de las islas Borromeas. El panorama, impresionante y evocador, hace de Baveno un remanso de paz y relajación. El pueblo, situado a lo largo de la via Severiana Augusta que conectaba Milán con el Passo del Sempione y conocido por sus aguas minerales y por las canteras de granito rosa, ya en la antigüedad era un importante centro comercial y un cruce de caminos de arte y cultura. Así lo atestiguan el baptisterio del siglo V y la parroquia románica de los santos Gervasio y Protasio. Recorriendo las callejuelas de Domo y Baitone, los dos barrios que componen el centro histórico de Baveno, podrás disfrutar de vistas evocadoras que se extienden hasta el lago, donde una romántica caminata por el paseo del lago ofrece al visitante una hermosa vista de las islas Borromeas. Este lugar único ha atraído a lo largo de los siglos a cada vez más visitantes, incluso ilustres, que han querido residir aquí: Villa Fedora, Villa Branca, Casa Morandi y Villa Durazzo son solo algunas de las muchas maravillosas residencias que adornan la orilla piamontesa del lago y que, desde mediados del siglo XIX, han albergado a numerosas personalidades de renombre internacional. Una serie de recorridos hacen que la visita a Baveno sea particularmente interesante, ofreciendo al visitante la posibilidad de conocer los variados aspectos de la historia y la cultura del pueblo, por ejemplo caminando por jardines aromáticos, rincones pintorescos y vistas únicas, todo ello en un entorno de belleza, calma y romanticismo.

Lago apenínico de origen glaciar Una de las rutas más interesantes y transitadas de la zona de Piacenza es sin duda la que lleva desde el pequeño municipio de Ferriere hasta la cima panorámica del monte Ragola, pasando por la aldea de Canadello y bordeando los Lagos de Moo y Bino. De origen glaciar y hoy casi completamente extinguido debido a la importante presencia de flora palustre, el lago Moo conserva la forma de un pequeño lago ovalado que alberga numerosas especies animales autóctonas, entre ellas el tritón alpino y libélulas. La mejor época para visitar el lago es sin duda el verano, cuando una alfombra de nenúfares amarillos cubre la superficie del agua, creando un conjunto de colores brillantes y extremadamente vivos. Solo unos cientos de metros más arriba, continuando por el camino trillado, está el Lago Bino, con un mayor caudal de agua, y el Prato Grande, una extensión verde, también de origen glaciar, en la que relajarse o refrescarse, gracias también a la presencia de un refugio.