Resumen
Al norte del centro histórico de Caserta, donde la llanura asciende hacia los Apeninos de Campania, aparece ante los ojos del viajero el Belvedere de S. Leucio, un complejo monumental protegido por la Unesco junto con el Palacio Real de Caserta, su parque y su acueducto. Durante la segunda mitad del siglo XVIII, cuando las obras del palacio estaban en pleno auge, el hijo de Carlos de Borbón, Fernando IV, quiso añadir otra pieza al proyecto de renovación de Caserta. La idea era confiar al arquitecto Francesco Collecini la creación de un nuevo y moderno barrio dedicado a la producción de seda, situado en el extremo norte del jardín del palacio real de Caserta. El complejo de S. Leucio albergaría fábricas altamente especializadas en la creación de tejidos, así como una serie de edificios residenciales para los trabajadores dispuestos simétricamente alrededor de la zona de trabajo.
Todo lo que resultaba útil para el bienestar de la clase obrera de San Leucio estaba incluido en el proyecto: una iglesia, una escuela, un refectorio, campos para la producción agrícola, huertos, viñedos y otras zonas verdes. La idea de bienestar de Fernando IV nunca llegó a cumplirse, aunque gran parte de lo que se proyectó se puede visitar hoy en día. Entre las salas del Museo de la Seda, por ejemplo, podrás recorrer los acontecimientos del emplazamiento de S. Leucio, atravesando una amplia exposición de tejidos y máquinas industriales, antes de volver al exterior para disfrutar del mirador que desde esta colina se asoma a toda la ciudad de Caserta.
