Resumen
Triunfo del arte árabe-normando
Símbolo indiscutible de la ciudad de Cefalù, el duomo es un monumento de extraordinaria belleza que ha resistido el paso del tiempo, un precioso testimonio de la influencia árabe-normanda en Sicilia. El edificio religioso, que se alza en el corazón del casco antiguo y a tiro de piedra del mar, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2015.
La obra fue encargada por el primer rey de Sicilia, Roger II, en 1131. Cuenta la leyenda que la catedral se construyó como símbolo de gratitud después de que el soberano consiguiera escapar de la muerte durante un naufragio.
La fachada de la catedral está enmarcada por dos torres tan imponentes que dan a la iglesia el aspecto impenetrable de una fortaleza. La decoración de las torres remite a un simbolismo preciso: una, adornada con llamas que simboliza el poder de la Iglesia, mientras que la segunda tiene almenas gibelinas para representar el poder temporal del rey.
El interior tiene forma de cruz latina, dividida en tres naves sostenidas por imponentes columnas de granito. Lo que más le llama la atención al visitante es el ábside, decorado con espléndidos mosaicos dorados de influencia bizantina y dominado por la representación del Cristo Pantocrátor.
