El Museo de la Basílica Catedral de Pontecorvo conservaba una enorme cantidad de objetos sagrados, cuyo valor artístico era inestimable. Desgraciadamente, los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial y los continuos robos han empobrecido muchísimo esta inmensa riqueza, conocida como el «Tesoro de San Bartolomé». Sin embargo, un tesoro no puede mantenerse oculto, sino que debe hacerse visible a todos, ya que pertenece a todos. Por ello, el arcipreste Mons. Luigi Casatelli decidió exponer los vestigios creando un museo en la cripta de la catedral. Después de una profunda reflexión y con la ayuda de monseñor Vincenzo Tavernese, presidente de la Oficina Diocesana para los Bienes Culturales, en el curso del año 1998 se preparó el museo. El 6 de enero de 1999, el obispo diocesano Luca Brandolini lo inauguró durante la solemne Liturgia de la Epifanía. En la entrada de la escalera hay un lavabo canónico de piedra (122x65x38) con el escudo de la catedral y dos cabezas de mascarones de agua, obra de un cantero local desconocido del siglo XVII.
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