Descubriendo los teatros más importantes de Italia, destinos especiales para vivir una experiencia única
25 enero 2023
5 minutos
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Las joyas arquitectónicas, muchas de las cuales pueden visitarse independientemente de los espectáculos, están íntimamente ligadas a la ciudad en la que se erigen y son depositarias de historias fascinantes, incluyendo algunos pequeños secretos.
Milán, Venecia, Florencia, y después Roma, Bari y Palermo: tras las puertas de los teatros italianos se esconden historias fascinantes, leyendas y maravillosas obras de arte. Os llevamos a su interior para que contempléis toda su belleza.
Teatro de la Scala de Milán: el templo de la mundanidad
Entre los más famosos teatros figura el Teatro alla Scala de Milán, que debe su singular nombre a la iglesia de Santa Maria alla Scala, que fue demolida para construir el teatro, inaugurado en 1778. Diseñado por Giuseppe Piermarini para que sustituyera al Teatro Ducale destruido en un incendio, La Scala, como se le llama frecuentemente, puede visitarse cuando no hay ensayos. Entre las zonas accesibles: los palcos, incluido el palco real, y el escenario con sus secretos.
Descubriréis la estructura de un típico teatro italiano, construido en torno al escenario, que, sin embargo, no es totalmente visible desde cualquier posición. Hoy esto puede ser una limitación, pero en la época en que se construyó La Scala no era un problema, porque ir al teatro era, ante todo, un acto social, un concepto que hoy ya no existe. A excepción del 7 de diciembre, día de la Prima (inicio de temporada) de La Scala, que siempre acoge a personalidades ilustres, bien sea porque se estrena pareja o por los looks que llevan los espectadores, por una noche se puede revivir la cháchara de la mundanidad de antaño.
Visitas guiadas: duran una hora y se realizan todos los días de 10.30 a 16.00 horas: en cada franja horaria la visita se realiza en un idioma.
Teatro La Fenice de Venecia: renacido dos veces de sus cenizas
El Teatro la Fenice de Venecia también data del siglo XVIII. Inaugurado en 1792, está situado en el Sestiere di San Marco, y se llamó así porque, al igual que el animal mitológico (ave fénix), simbolizaba el renacimiento de la Noble Sociedad de Palchettisti (propietarios de palcos), que anteriormente se habían visto obligados a ceder el Teatro de San Benedetto a la familia noble de los Venier.
Un nombre un destino, podría decirse, porque La Fenice ha sido destruida dos veces y reconstruida otras dos, siempre debido al fuego. La primera, en 1836, y la segunda en tiempos recientes, en 1996. Este último fue un devastador incendio provocado: fueron necesarios siete años de restauración para devolver a La Fenice su esplendor. “Como era, donde estaba" fue el lema que inspiró la obra, el mismo que se siguió para la reconstrucción del campanario de San Marcos tras su derrumbe en 1902.
Hoy en día igual que ayer, La Fenice es un triunfo de magnificencia en estilo barroco tardío que fascina y suscita asombro. Además de la sala de representaciones, el teatro cuenta con muchas otras salas, reservadas para conciertos y exposiciones, como la exposición permanente sobre Maria Callas, que actuó aquí en numerosas ocasiones. ¿Una curiosidad? La entrada actual, que da al Campo San Fantin, era antaño la entrada secundaria: los nobles llegaban en góndola y accedían al teatro directamente desde el canal.
Visitas guiadas: el teatro está abierto al público todos los días, las visitas guiadas no requieren reserva y las entradas pueden adquirirse directamente en el recinto.
Teatro Verdi de Florencia: un espectáculo toscano de récord
En Florencia, el teatro por excelencia es el Verdi. En sus 160 años de historia no ha vivido ciertamente las mismas vicisitudes que La Scala ni La Fenice, pero sí ostenta un pequeño récord: es el mayor teatro a la italiana en Toscana.
En este caso, no se prevén visitas guiadas, porque el teatro está gestionado por una organización privada. Si estáis de paso por la ciudad en viaje de ocio o de negocios, no os perdáis la oportunidad de asistir allí a una representación: danza, teatro, musicales, la oferta de espectáculos es realmente amplia.
Teatro de la Ópera de Roma: un templo renacentista
Inaugurado en 1880, tras sólo 18 meses de construcción, el Teatro de la Opera de Roma muestra su suntuoso estilo neorrenacentista, acorde con los gustos de la época. Fue encargado por el constructor Domenico Costanzi, que se dio cuenta del potencial que tenía una ciudad en expansión, como era Roma en aquella época, que aún no estaba dotada de un imponente teatro que la convirtiera en el centro de cultura en Italia y en el mundo.
Entre las visitas obligadas en el tetro destaca la cúpula pintada al fresco por el artista de Perugia Annibale Brugnoli, que contribuye a la perfecta acústica del edificio.
Visitas guiadas: el teatro está abierto a visitas durante toda la semana, para escuelas, organizaciones y asociaciones que tengan un convenio con el teatro. Si sois clientes particulares, en cambio, podéis optar por una visita exclusiva; hay varias opciones disponibles: desde una visita combinada con cóctel de bienvenida, hasta una que incluya la actuación programada, pasando por la posibilidad de asistir a algunos momentos de los ensayos.
El Teatro Petruzzelli de Bari: salvado por su propia cúpula
Si vais de viaje por el sur de Italia, fijad la mirada en Bari y el magnífico Petruzzelli. El teatro está situado en el centro de la ciudad, en Corso Cavour. Casi de la misma edad que el Teatro de la Opera de Roma, ya que fue inaugurado en 1903, comparte con La Fenice el triste recuerdo de un incendio, ocurrido en octubre de 1991. Un incendio provocado también en este caso, pero a diferencia del teatro veneciano, los daños fueron menores porque el derrumbe de la cúpula, sofocando las llamas, preservó todo lo que quedó sepultado.
Visitas guiadas: reabierto en 2009, ahora ya puede visitarse. Los horarios se publican mes a mes en su sitio web oficial, y pueden variar en función de los ensayos y las representaciones.
Teatro Massimo, Palermo: la leyenda del fantasma
Nuestro recorrido termina en Palermo, en el Teatro Massimo, que, con sus 3200 localidades, es el teatro más grande de Italia.
Inaugurado en 1897 con la representación de Falstaff de Verdi, se levanta en el espacio en el que antaño había tres iglesias y otros tantos monasterios.
De aquí procede una de las leyendas más misteriosas de este imponente edificio: debido a las demoliciones, los cementerios anejos a los conventos también fueron profanados; ahora el fantasma de una monja vagaría por los pasillos y los palcos, sin encontrar la paz.
También tiene muchas curiosidades. La Sala Pompeiana, una de las muchas salas además de la principal donde se representan los espectáculos, tiene forma circular, diseñada siguiendo un orden que se basa todo en el número 7 y sus múltiplos. Un simbolismo que evoca los planetas y los días, los siete pecados capitales y las siete virtudes, pero también las siete notas y las siete cuerdas de la lira, representadas en la Sala de los espectáculos. Originalmente reservada a la nobleza, también se la llama Sala del Eco por su acústica: a medida que uno se acerca al centro, el eco aumenta.
Visitas guiadas: el Teatro Massimo está abierto todos los días para visitas guiadas desde las 9.30 a las 17.30 h.