El castillo de Torrechiara es el más conocido de las fortalezas y castillos que componían el feudo del gran condotiero Pier Maria Rossi, conde de San Secondo, quien en el siglo XV se encargó de su reestructuración. Al final de sus hazañas militares, se estableció allí junto con Bianca Pellegrini da Como, que había abandonado a su marido, Melchiorre d'Arluno, por el amor de Pier Maria. Para recordar eternamente su vínculo afectivo, en 1452 el conde encargó, tal vez al pintor Benedetto Bembo, la decoración con frescos de la «Sala de Oro», en cuyas lunetas se retrata a los dos amantes alcanzados por las flechas de Cupido, con los ojos vendados, mientras que Bianca, con hábito de peregrina, está representada en los espacios de la cúpula, que representan su itinerario entre los castillos del conde. Torrechiara, con su forma rectangular, tres recintos amurallados y torres en las esquinas, caminos de ronda, desagües pluviales y un gran patio porticado, ha sido objeto de varias ampliaciones y restauraciones. En el siglo XVII, en el lado del valle, se crearon amplias logias panorámicas. En el segundo piso del cuerpo norte/este, el salón fue decorado en estilo grutesco por Cesare Baglione.
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